Provincia

Aprendices de catador de aceite

  • Más de una veintena de alumnos asisten a la escuela de Cata Infantil de la Denominación de Origen

Una actividad distinta para aprender la cultura del olivar es el principal objetivo de la Escuela de Cata Infantil puesta en marcha por la Denominación de Origen de Priego de Córdoba, que arrancó en enero con más de 24 alumnos, divididos en dos cursos, uno para alumnos de años anteriores, y otro de iniciación a la cata de aceite. El reto es "diferenciar los distintos tipos de aceite de oliva que existen en el mercado y que ellos pueden disfrutar en esta comarca", detalla el encargado de la administración del marco, Rafael Rodríguez.

Este año es el tercero desde que la Escuela de Cata comenzó a funcionar, "y desde el principio el resultado ha sido extraordinario", ya que "se nota que a ellos les gusta y de hecho siguen avanzando año tras año", destaca. Rodríguez, encargado de las clases de este año, explica que a los alumnos de primer curso "se les enseña vocabulario y un poco de teoría para acerarlos al medio". Además, continúa, desde el primer momento "empiezan a oler aceites para tener un contacto con la teoría de la cata". El segundo curso, en el que se agrupados alumnos del primer y el segundo año, se centra más en el proceso de catar y, "al estar más avanzados, lo ideal es que sigan aprendiendo a clasificar los zumos", añade.

Para entrar en esta actividad del marco prieguense, según indica Rodríguez, se hace una preselección con todos los niños de los colegios de la comarca que quieren participar en el programa. "Este año unos 50 o 60 niños hicieron su preinscripción", destaca. Después a través de unas preguntas básicas y una prueba práctica con aceites de oliva, "se selecciona aquellos que más se acercaron a la realidad y que más aprecian los olores", indica. La mayoría de los alumnos proceden de familias olivareras y "desde el principio sólo un alumno ha abandonado la escuela por problemas de desplazamiento, eso quiere decir que a la mayoría les gusta", apunta.

Como actividades complementarias de la escuela, los alumnos visitan almazaras de la comarca para conocer cómo funciona el método de molturación y hacen desayunos molineros. Todos los niños catan los aceites de oliva que se presentan en el concurso que la Denominación de Priego organiza a mediados de año. "Esta actividad se hizo por primera vez el año pasado y ayuda a ver la evolución de todos los alumnos en la categorización de los zumos", reconoce. Este aprendizaje, según Rodríguez, "no da un título profesional", pero si enseña las bases para una profesión, da las herramientas básicas para los niños conozcan y puedan ser crítico con el producto más importante de la comarca, el aceite de oliva virgen extra.

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