Provincia

El Consistorio planea crear un museo textil con máquinas de hace 40 años

  • Cultura considera que la fábrica de la familia Pedrajas "no se debe perder" y afirma que "puede ser un gran gancho turístico" · La familia ha recibido ofertas comerciales

La fábrica de textil de Domingo Pedrajas Jiménez, cerrada en los años 70 y ubicada en pleno centro de Priego de Córdoba, podría convertirse en la base del futuro museo textil de Priego de Córdoba. Las instalaciones se conservan intactas, tal y como estaban en el momento de su cierre, y la familia ha apuntado en unas declaraciones realizadas a El Día que tiene intención de donar toda la maquinaría existente en la fábrica, siempre y cuando el Consistorio prieguense habilite un lugar adecuado donde se pueda dar valor a estar piezas históricas. El Ayuntamiento, que siempre ha mostrado su intención por crear un museo textil con esta donación, lleva más de 12 años atrasando ese momento, para trasladar esta maquinaria y convertirlo todo en una auténtico museo del textil algodonero.

El concejal de Cultura en el Ayuntamiento de Priego de Córdoba, Miguel Forcada, manifestó que el Consistorio tratará de agilizar este proyecto cuanto antes como una de las iniciativas principales del área cultural, ya que "esta fábrica no se debe perder, ya que puede tener un gancho turístico importante para la localidad". Reconoció, en cualquier caso, que "aún no se sabe con exactitud cómo ni cuándo se comenzará efectuar esta iniciativa". Falta definir el proyecto, pero no hay duda de que el Gobierno ha convertido el museo textil en uno de los pilares culturales de su programa para estos cuatro años.

Antonia Pedrajas, la hermana del difunto dueño de esta fábrica, afirmó a este periódico que han sido varias las corporaciones municipales que han pedido la donación inmediata de estas piezas de confección. La última iniciativa ubicaba estos telares en una de las zonas del Recreo de Castilla -en este mismo municipio de la Subbética- tras su rehabilitación. Este proyecto se encuentra en la actualidad más o menos desarrollado, según señalaron a este medio de comunicación, pero aún falta la rúbrica oficial. La familia ha recibido la visita de integrantes de todas las corporaciones municipales. Según puntualizó la familia Pedrajas, la exigencia que les han planteado desde el primer momento es que una vez que se haga la donación, los enseres vayan a un lugar habilitado para ellos, "no para estar amontonados por ahí", manifestó la hermana del titular. "La novia saldrá de la vivienda cuando tenga piso", afirmó.

Esta fábrica de textil de algodón empezó a funcionar con los telares de palo en los años 50. Años más tarde, Domingo Pedrajas, dueño y creador de esta empresa, cambió los telares de palo por telares de garrote, que son lo que esta familia conserva intactos. Estas máquinas son apodadas como "de garrote" debido al hecho de que la lanzadera pasa de un lado a otro de la urdimbre por la acción de dos garrotes hechos de madera situados a ambos lados del batán.

Con la caída del textil, esta fábrica algodonera cerró sus puertas y dejo de funcionar en los años 70, cuando llegó la famosa "reestructuración", explicó la familiar del propietario. Fue el momento de la caída del textil del algodón. Entonces, concretó ella, "por cada telar que el propietario de la fábrica decía destruir le daban 100.000 pesetas de las de antes -unos 600 euros de ahora". Pero Domingo Pedrajas no quiso en ningún momento acabar con toda esta maquinaría, y durante todos estos años se ha mantenido guardada en la antigua fábrica, donde al entrar el tiempo parece haberse detenido. Telares, lengüeta de freno de la lanzadera, guía de la lanzadera, bancada, barras de cruzamiento de la urdimbre, calada, garrotes, mecanismo de presión del cilindro de almacenaje, soporte del batán, agujas de taco y picada, bobinas de hilo y todo lo necesario para crear sábanas de algodón y todo guardado con esmero por su dueño, patrimonio etnológico de la ciudad que ha de ponerse en valor.

La familia concluyó que ha recibido ofertas procedentes de algunos industriales catalanes para comprar esta maquinaria, pero que el deseo es que todo ello se quede, sin percibir nada a cambio, en el municipio prieguense.

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