Vista aérea

Alejandro Ibañez Castro

'Eppur si muove'

PERO se mueve, es la frase que pronunció Galileo Galilei (1564-1642) ante el Tribunal de la Santa Inquisición cuando le hicieron abjurar, bajo pena de muerte, de su visión heliocéntrica del mundo frente al geocentrismo imperante entonces que mantenía que la Tierra era el centro del universo y sobre la que giraban todos los cuerpos celestes. El caso es que la frase de Galileo, que pudo ser una leyenda urbana, ha pervivido hasta la actualidad con el fin de expresar que, aunque se pueda negar hasta la saciedad la relevancia de un hecho, éste es verídico.

Y lo mismo que ya está demostrado que la Tierra gira alrededor del sol pese a que algunos trasnochados sigan pensando lo contrario, hoy día nos encontramos con muchos interesados en negar la evidencia de los cientos de miles de personas que murieron en la Guerra Civil y en los años siguientes, ejecutadas sin juicio y hechas desaparecer en fosas excavadas por la noche para enterrar en ellas el recuerdo de lo sucedido y la memoria de los vencidos. Es cierto que no pasa un día sin que se siga intentando distorsionar lo sucedido por algunos a los que su mala conciencia no les deja dormir. Pero es más cierto que otros muchos van perdiendo el miedo que les impidió reclamar, en la mayoría de los casos, los restos de sus familiares para darles un trato más respetuoso y digno, y que el tiempo ha transformado en olvido. Los fallecidos del llamado bando nacional ya tuvieron su tratamiento específico de exhumación con el faraónico Valle de los Caídos y es de justicia que las víctimas del bando republicano que fueron ocultadas de forma ignominiosa en fosas comunes sean rehabilitadas, poniendo fin a ese olvido injusto e interesado.

Ha pasado el tiempo y es hora de acabar con los pasapáginas y asustaniños que se oponen a que se rehabilite la memoria de todos aquellos que fueron masacrados. Poner a cada uno en el lugar que merece, un espacio digno donde sus familiares puedan acudir, libremente, a cerrar un duelo que dura ya demasiados años. El miedo a que se investigue se está perdiendo y en nuestra Comunidad Autónoma, pionera en normativa y regulación de las acciones encaminadas a las exhumaciones de víctimas de la Guerra Civil y la Posguerra, el interés por este importante capítulo de la Historia de España es cada vez más patente. Tachar esas páginas no es más que pretender continuar con el engaño.

Así, el 30 de abril, se puso de manifiesto, por un lado la colaboración interadministrativa de la Junta en impulsar y favorecer las acciones necesarias para este objetivo humanitario que es sacar del anonimato más cruel a una enorme cantidad de personas a las que se les negó hasta el recuerdo. Se clausuró el primer Taller de Empleo de la Memoria Histórica que se ha celebrado en Andalucía y que ha estado bajo la tutela del Comisariado de la Memoria Histórica de la Consejería de Gobernación y Justicia, la colaboración de la Consejería de Cultura y la financiación del SAE. Una experiencia que, sin duda, será ejemplo de otras muchas pues es una forma de canalizar, con grandes resultados, la incesante e incansable labor del voluntariado además de ser capaz de ofrecer formación y empleo. Por otro lado se puso de manifiesto cómo la incorporación de las nuevas tecnologías en la práctica de las exhumaciones se hacen cada vez más necesarias, no sólo en el ahorro de costes económicos sino en la obtención de resultados que son cada vez más precisos y útiles. La utilización de métodos geofísicos como el georadar permite localizar las fosas sin afectar al terreno y da información sobre la potencia de la misma y, lo que es más importante, permite planificar una excavación arqueológica en todos sus aspectos, sin las "sorpresas" que depara cualquier otra excavación sobre el llamado patrimonio histórico. Permite no sólo la formación del personal que participa en la excavación, también la programación precisa del resto de técnicos que deben participar como antropólogos o forenses etc... Los trabajos de exhumación necesitan de una larga labor de investigación, tanto en archivos como en campo buscando y entrevistando familiares para elaborar la llamada ficha ante mortem, documento imprescindible antes de pasar a la excavación. Es evidente que algo se sigue moviendo.

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