Las tendillas

Ramiro García Vila

Del 'Prestige' a Pozoblanco

HAN pasado ya unos pocos años desde que el chapapote del Prestige embadurnara, hasta las trancas, las riquísimas, y bellísimas, costas de las Rías Gallegas. Una auténtica ruina… económica y sentimental para los desolados lugareños que tuvieron que ver, impotentes, como su medio de vida, el mar, se había convertido en una enorme pocilga, asesina de la flora y fauna marinas de todos conocida sobradamente. La tragedia fue espuriamente utilizada por la mediocridad de algunos profesionales del palique convertidos a políticos y generó una cascada de enfrentamientos que jamás se habían producido entre las pacíficas gentes de la zona, que sólo conocían del oficio de currar y jugarse el tipo en el mar.

El tiempo fue pasando. El chapapote ha ido diluyéndose como un azucarillo en una taza de café. Los percebes, las ostras, las almejas… el marisco en general y la riqueza de las Rías han recuperado su normalidad.

Pero hay algo que el paso del tiempo no ha podido borrar: las desavenencias políticas y enfrentamientos que provocaron algunos nefastos políticos -como los aprovechados progenitores de Nunca Mais- entre las pacíficas gentes de la zona. No sólo no han desaparecido sino que incluso se han fortalecido. Es decir: El daño causado por los desaprensivos y aprovechados políticos resultó ser mucho más nocivo que el mismísimo chapapote.

En la actualidad, la preciosa villa de Pozoblanco de Córdoba vive una convulsión política que está haciendo correr demasiada tinta en las rotativas de los periódicos y ocupando muchas primeras páginas y contraportadas. El alcalde, Benito García de Torres, del pesoe, no quiere dejar la Alcaldía, pese a que la Ejecutiva Provincial de su partido le viene pidiendo que se vaya, en evitación de más problemas. Las desavenencias entre militantes del mismo partido parece obvia. Pero el alcalde comparece ante los medios y presenta un mamotreto en el que dice hay 4.200 firmas de apoyo. La entrega de las firmas es el último episodio de un enorme culebrón que no sabemos a quién beneficia. Pero está muy claro a quien perjudica: a la ciudad de Pozoblanco cuyos intereses dice defender el alcalde.

Los progenitores de Nunca Mais también recogieron firmas. Y, además, muchos miles de las antiguas pesetas para los damnificados. De estos miles nunca más se supo. Pero, eso sí: queda el enfrentamiento que ellos provocaron entre los vecinos.

Es de esperar, y desear, que las 4.200 firmas que recogió en su apoyo el alcalde de Pozoblanco no sirvan para intoxicar la pacífica convivencia de los pozoalbenses. Es decir: Que estas firmas ahora presentadas por el alcalde no produzcan el nefasto efecto del chapapote: el enfrentamiento. Es contrario a los intereses que dice defender.

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