Cultura

La Fundación Gala exhibe las máscaras de Edmundo Torres

  • La muestra 'La vida feliz' recoge también una serie de muñecos de Manuel Collado

El Museo Nacional del Teatro y la Fundación Antonio Gala vuelven a unir esfuerzos en un proyecto expositivo. En esta ocasión se trata de La vida feliz: el bululú castellano y máscaras de Edmundo Torres, que permanecerá en el antiguo convento del Corpus desde el próximo miércoles hasta el mes de mayo. Una exposición dedicada a la expresión más simple y primitiva del teatro: el arte de las máscaras y las marionetas.

En esta muestra se exhiben 24 máscaras realizadas por Edmundo Torres, inspiradas en la iconografía popular peruana: arcángeles furiosos, diablos danzantes, dolorosas sonrientes, alegres calaveras, etc. La exposición se completa con una colección de muñecos o tipos populares diseñados por Manuel Collado para el montaje de Ha llegado el bululú, y las marionetas realizadas por Ignacio Zuloaga en 1928 para El retablo de Maese Pedro de Manuel de Falla.

Edmundo Torres nació en Puno (Perú), región del Altiplano que posee una gran riqueza de tradiciones populares. Realizó sus estudios de artes plásticas y de teatro en la Escuela de Bellas Artes y en la Escuela Nacional de Arte Dramático de Lima y, ya como actor, formó parte del Teatro Nacional Popular. Posteriormente se integró en el grupo Yuyachkani, haciéndose cargo del diseño y ejecución del vestuario, la utilería y las máscaras.

El repertorio de máscaras que presenta esta muestra pretende ser un viaje fascinante por el peculiar mundo imaginario y fantástico de Torres. Así, se pueden ver personajes tan pintorescos como Calaca Catrina, el Rey Moreno, la porteña con peinetón, Cantinflas, Carmen Miranda o San Martín de Porres.

Por otra parte, en 1983 la Compañía de María Paz Ballesteros estrenó en la plaza de la Villa de París en Madrid el montaje Ha llegado el bululú. Folla de entremeses, bailes y loas, compuesta por autores del Siglo de Oro, para la risa, locura y chacota del respetable. Bajo este título se recogía una idea de Manuel Collado Álvarez, quien también se ocupó de la recopilación, que ya tuvo mucho éxito a principios de los años 60 en Europa. A los actores y bailarines les acompañaban en escena muñecos diseñados por Collado y donados por María Paz Ballesteros al Museo Nacional del Teatro, que ahora se muestran en esta exposición.

El bululú es una forma teatral netamente española del siglo XVI sobre la que desafortunadamente se conserva muy poca documentación. Agustín de Rojas, en su Viaje entretenido, es el único autor que da una explicación algo extensa. El bululú era un cómico que representaba él sólo, en los pueblos por los que pasaba, una comedia, loa o entremés, cambiando la voz según los personajes que iba interpretando.

Ballesteros no se propuso una reconstrucción histórica y fiel del bululú, sino que simplemente buscaba, tal y como ella misma expone en el programa de mano, presentar, "utilizando los viejos mimbres de la época, un espectáculo moderno, dinámico y sobre todo divertido, que haga reír a los espectadores de hoy con las gracias y bromas con que reían los públicos de antaño, porque, en definitiva, aquellos y nosotros somos las mismas gentes".

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