Cultura

Diálogo de máscaras y fósiles

  • La inauguración del museo reunió a la clase política cordobesa en torno a la amplia selección de piezas expuestas · No fue un día de discursos memorables

No resultaba difícil ayer establecer analogías entre las reliquias, fósiles, ruinas y máscaras expuestos en el museo y la situación, naturaleza y perspectivas políticas de algunos de los asistentes al acto inaugural. También se escucharon no pocos comentarios de variada jocosidad sobre el interés que las vitrinas podían despertar en más de un invitado. Alguien avanza entre la multitud, abriéndose forzosamente paso con la ayuda coordinada de codos, cadera y manos. ¿Va a contemplar con entusiasmo la escultura de Afrodita? No, es que los fotógrafos han empezado a disparar. Fue, en fin, una mañana de maldades, con la novedad de la ministra Sinde, la ausencia del exiliado Rafael Blanco y la alineación titular habitual de los actos culturales en los últimos tiempos: Juan Pablo Durán a la cabeza, Rafaela Valenzuela, Angelina Costa, Carmen Calvo, Antonio Hurtado y por ahí todo seguido.

Capítulo de discursos. Empezó el alcalde, en su nivel habitual de entusiasmo, inspiración y profundidad. Luego el consejero Plata, con esa rara capacidad para provocar la sensación de que piensa todo lo contrario de lo que está diciendo. Finalizó la guionista de Mentiras y gordas, que entre los elogios a Carmen Calvo, el masaje a Zapatero y la enumeración de las actuaciones de su departamento en otras ciudades introdujo algún apunte sobre la infraestructura que estaba a punto de inaugurar.

Estaban también los directores del Centro Andaluz de la Imagen, Pablo Juliá; la Filmoteca de Andalucía, Pablo García Casado; el conjunto arqueológico de Medina Azahara, Antonio Vallejo; la Fundación Antonio Gala, José María Gala; el Museo de Bellas Artes, Fuensanta García; y los museos municipales, Mercedes Valverde; la gerente de la Fundación Córdoba Ciudad Cultural, Carlota Álvarez Basso, y el director de la oficina municipal Córdoba 2016, Manuel Pérez. Y el obispo, Demetrio Fernández. Y Pablo García Baena, que elogió el nuevo equipamiento por el tratamiento que reciben las piezas expuestas a pesar de que a él le gustan sin disimulo esos museos románticos caracterizados por las acumulaciones de obras.

Leones y sarcófagos, dioses, capiteles, cerámica y numismática. Un interesante resumen de la historia de Córdoba que fue explicado a las autoridades por la directora del museo, María Dolores Baena.

El acto acabó con la nobleza en la primera planta tomando el aperitivo y la plebe periodística en el vestíbulo, oliendo a japuta y mendigando a las instancias pertinentes alguna declaración postrera de la ministra para llenar la página o el informativo. Y afirmando la necesidad de una sección de políticos locales en esta colección de ruinas, máscaras, fósiles y reliquias.

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