Cultura

Martínez Rücker, el talento sencillo

  • El compositor, figura fundamental en la historia de la música cordobesa, nació hace 150 años · De amplia formación cultural, su música conecta con los ecos del romanticismo tardío y se diversifica en varios géneros

Fue, sobre todo, un hombre de música, comprometido con su oficio (que al mismo tiempo era su devoción) y su ciudad. Un creador y un pedagogo. Y además, el fundador, en 1902, de lo que hoy es el Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco. 2011 es un buen año para recordar la figura de Cipriano Martínez Rücker, uno de los nombres principales de la historia de la música cordobesa, con motivo del 150º aniversario de su nacimiento, en el barrio de la Catedral.

"Pocos nombres -destaca el musicólogo Juan Miguel Moreno Calderón- hay en la historia musical cordobesa de la importancia de Martínez Rücker. Pero menos aún cuya labor haya resultado tan decisiva para el progreso musical de la ciudad como la de este compositor a caballo entre los siglos XIX y XX. Otros, como el eximio polifonista del Renacimiento Fernando de las Infantas o el extraordinario pianista Rafael Orozco, tuvieron una gran proyección allende nuestras fronteras, pero su trayectoria no tuvo a Córdoba como principal centro de referencia". Y esta circunstancia es un dato muy subrayable "al hablar del compromiso de Martínez Rücker con la ciudad que le vio nacer".

La tradición familiar condujo a Martínez Rücker hacia la música, que pronto se convirtió para él, huérfano de madre desde su primer año de vida, en una compañía insustituible. En torno a los nueve años compuso su primera marcha fúnebre, a su cotorra muerta, según relataba el poeta Julio Aumente, que era su nieto.

El estreno a los 16 años de su primera zarzuela, Quítese usted la ropa, confirmó la precocidad creativa del joven Martínez-Rücker, que recibió una formación integral que le permitió exhibir una ancha cultura y el conocimiento de varios idiomas. Realizó estudios musicales en Madrid y una beca de la Diputación Provincial de Córdoba le llevó a completarlos en diversos países, entre ellos Italia y Francia. A su regreso a Córdoba, con 24 años, comienza, en palabras de su biógrafa María Feliciana Argueda Carmona, la etapa "más fructífera" de su trayectoria como compositor, al tiempo que impartía clases "a numerosas jóvenes de la alta sociedad cordobesa".

A la hora de analizar la vida del compositor siempre se ha insistido en una circunstancia: su talento le habría permitido alcanzar una notable proyección si hubiera hecho un mayor esfuerzo por conectar con los circuitos musicales de la época. Pero optó por quedarse en Córdoba y volcarse en su labor pedagógica como director y profesor de la Escuela Provincial de Música. "No me cabe duda de que para su carrera de compositor habría sido mucho más fructífero establecerse en Madrid, como era lo habitual entonces -señala Moreno Calderón-, pero él era un hombre que amaba entrañablemente su ciudad, y a ella quiso dedicarse en cuerpo y alma". Respecto a la "decisiva aportación" del compositor a la cultura de Córdoba, el musicólogo destaca sobre todo "lo que supuso la creación del Conservatorio", en 1902: "Cierto es que éste procedía de la antigua sección de música de la decimonónica Escuela Provincial de Bellas Artes que dirigió el inolvidable Rafael Romero Barros, pero la importancia de Martínez Rücker en la puesta en marcha y consolidación del Conservatorio fue enorme. Tenía prestigio (con reconocimientos y distinciones de instituciones españolas y extranjeras), buenos contactos (era amigo de personalidades de la talla de Bretón, Arbós y Granados) y conocimiento preciso de lo que pasaba en el Real Conservatorio de Madrid y en otros centros europeos. En verdad, su labor como director fue destacadísima, hasta conseguir que en 1922 el Conservatorio lograra la oficialidad del Estado".

El experto también destaca "su trabajo como profesor, pues muchos músicos de Córdoba que luego tuvieron cierta relevancia fueron discípulos suyos, tanto en piano como en armonía y composición. Y en otro plano, su labor dinamizadora, involucrándose en el día a día de instituciones muy activas en la vida musical de entonces como el Real Centro Filarmónico y la Banda Municipal, o presentando en público, en las veladas que organizaba en su casa, a los nuevos valores que iban emergiendo". Fue, en su opinión, "un hombre bueno y generoso".

Como compositor hay que entender su obra "en el contexto de lo que era la música española de su tiempo; es decir, un romanticismo tardío que va dando paso a la escuela nacionalista capitaneada por Pedrell y Albéniz". Moreno Calderón considera que "lo más interesante es su catálogo pianístico, que el gran José Cubiles grabó en 1954". Pero no olvida "la hondura expresiva que posee Noches de Córdoba, bellísima composición para coro y orquesta, ni la frescura e inspirado melodismo del muy popular Capricho andaluz". Por ello, celebra la circunstancia "de que tanto la Orquesta de Córdoba como el Real Centro Filarmónico, además de otras formaciones corales e instrumentales, tengan obras de Martínez Rücker en su repertorio. Es el mejor homenaje que puede tributársele". Su producción no es copiosa pero engloba una rica variedad de géneros que incluye música religiosa, de cámara y piezas escénicas.

Martínez Rücker fue miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de la de Córdoba y recibió numerosos reconocimientos y títulos de instituciones españolas y europeas.

El compositor murió el 16 de julio de 1924. Así lo contó La voz de Córdoba: "Una enfermedad invencible y traidora acabó esta mañana con la vida de un hombre que, desposeído de ambiciones, apartado de la vanidad del mundo, pudo haber conquistado, y no quiso conquistar, gloria y dinero desde las altas cimas del arte musical". La crónica reparaba en que "sus concepciones, potentes, vigorosas, sin artificio, tenían el sentimiento, la delicadeza, la sinceridad, el españolismo que falta en las obras de la mayor parte de los compositores españoles". Y es que "sencillo como un niño, modesto hasta la exageración, jamás hizo alarde de sus condiciones naturales, de los dones que a Dios plugo otorgarle". Fue enterrado en el cementerio de la Salud. Córdoba le rindió homenaje con una escultura de Enrique Moreno El Fenómeno inaugurada a comienzos de 1925 en los jardines de la Agricultura. En 1939 se celebró un acto en su memoria con motivo del 15º aniversario de su fallecimiento.

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