Cultura

La Junta declara monumentos los 11 molinos del Guadalquivir en Córdoba

  • Las zonas protegidas abarcan tanto las edificaciones como el entorno inmediato · Sólo los de la Alegría, sede del Museo Paleobotánico, y el de Martos, del Museo Hidrológico, funcionan en la actualidad

Los 11 molinos que se encuentran situados en el curso del río Guadalquivir a su paso por la ciudad serán considerados como monumentos tras quedar inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Éste fue uno de los principales acuerdos adoptados ayer por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía al analizar estos elementos. Se trata de unas construcciones, en su mayor parte de origen omeya y califal -entre los siglos VIII al XI-, que ofrecen un gran valor histórico y etnológico como unas muestras de la arquitectura preindustrial en un entorno de especial interés paisajístico y cultural, como así lo pone de manifiesto el comunicado emitido por el Gobierno andaluz para hacerse eco de esta nueva declaración monumental.

Los molinos que la Junta ha incluido en su informe están conectados a azudas o presas para recoger el agua del cauce fluvial, como las del Culeb o la Alhadra, ambas de origen árabe. En lo referente a la ubicación de estas 11 construcciones, los de San Antonio, Enmedio, Pápalo y la Albolafia están localizados en las proximidades del Puente Romano. En la zona del Puente de San Rafael, por su parte, están los de la Alegría, San Rafael y San Lorenzo. Los de Lope García y Carbonell -que recibe este nombre por haber pertenecido a la familia Carbonell- se sitúan aguas arriba del casco urbano. En el otro extremo del Guadalquivir, aguas abajo -en la zona del polígono industrial de la Torrecilla-, está el Molino de Casillas. El listado que tiene desde ayer la declaración de monumento la completa el Molino de Martos, emplazado en la margen derecha del río, cerca de donde estuvo la puerta de Martos de la muralla que rodeaba la ciudad.

El informe aportado por el Gobierno andaluz añade pinceladas históricas de los nuevos inmuebles que se incluyen en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Así, tras la conquista cristiana todas estas edificaciones pasaron a manos de la nobleza y de las órdenes religiosas y militares. En el siglo XIX, con la desamortización de los bienes eclesiásticos, los molinos de la Iglesia fueron comprados por particulares, salvo los de la Albolafia, San Antonio y la Alegría. De ellos se hizo cargo el Ayuntamiento. Casi todos permanecieron en activo hasta 1942, año en el que se prohibió la molienda artesanal. Algunos de ellos, a través de batanes, compartieron su actividad como fábrica de harina con la textil propiamente dicha.

En el siglo XIX, algunos molinos se convirtieron también en pequeñas centrales hidroeléctricas y sus piedras de moler y sus piedras de moler fueron sustituidas por turbinas de hierro fundido. Actualmente, todos están inactivos a excepción del de la Alegría, convertido en sede del Museo Paleobotánico de la ciudad -en las instalaciones del Jardín Botánica- , y el de Martos, que alberga el Museo Hidrológico.

Según refleja el informe de la Junta, la declaración aprobada por el Consejo de Gobierno establece un amplio entorno de protección para las 11 protecciones y sus correspondientes azudas. Estas zonas abarcan tanto las dos orillas del río como los puentes próximos a los molinos.

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