Cultura

Jaikus del camino

Jack Kerouac (1922-1969) es el autor más importante de la generación beat. Entre sus novelas destacan títulos como En la carretera, Los vagabundos del Dharma o Los subterráneos, escritas a partir de experiencias personales y en las que, acompañado por sus compañeros de generación (Allen Ginsberg, William Burroughs o Gregory Corso), Kerouac construye el mito del antihéroe norteamericano: vagabundo, colgado, iluminado…, que serviría de inspiración al movimiento hippie y contestatario de los años sesenta. Si bien varias de sus novelas han sido traducidas y publicadas en castellano, sus poemas, dispersos en cuadernos de viaje y revistas de escasa difusión, apenas han llegado al mercado español, exceptuando una edición de Visor, Poemas dispersos, donde ya aparecen brevemente algunos jaikus del autor.

El jaiku o haiku es un poema de origen japonés completo de 17 sílabas distribuidas en tres versos (5, 7, 5) consistente en captar un momento de la vida, normalmente relacionado con el cambio de la estaciones, similar a instantánea atrapada en papel. El interés de Kerouac por esta concepción poética coincidió con su introducción al budismo de la mano del también beat Gary Snyder, en la década de los 50. El objetivo del escritor norteamericano fue adaptar la forma clásica a la tradición occidental, primando siempre la esencia del jaiku, la captación del momento, por encima de la métrica que, en ocasiones, suponía lastrar el proceso creativo. En palabras del autor: "Yo propongo que el haiku occidental diga simplemente mucho en tres breves versos… sobre todo, un haiku debe ser muy simple y estar libre de cualquier truco poético y crear una breve imagen y también ser tan leve y gracioso como una pastorella de Vivaldi." A la influencia del Zen, kerouac añadirá el jazz y el expresionismo abstracto entendido como una especie de iluminación resultante de una atención constante y precisa a lo que acontece. Este tipo de haikus, liberados de restricciones métricas y abiertos a otras influencias, aunque conservando la esencia oriental, recibirán la denominación de pop-jaikus americanos y en ellos aparecerán, junto a escenas clásicas del género, imágenes nuevas como estadios ("Campo de béisbol vacío/-un petirrojo/ a saltitos por el banquillo"), figuras de la historia de Estados Unidos o personajes populares contemporáneos al autor ("Buda ríe/en el monte Lanka/como Jimmy Durante").

Aunque la intensidad y el efecto pretendido no se mantienen al mismo nivel en todos los poemas, el Libro de jaikus de Jack Kerouac es una opción de lectura muy apropiada para el verano, bajo la sombrilla de la playa en Fuengirola o en algún rinconcito de nuestra ciudad, preferiblemente de noche. Como muestra, una estampa para parcelistas y abonados a los clubes cordobeses: "Olor a hojas quemadas, / la piscina tranquila por [la tarde / en agosto".

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