Cultura

La historia de un emigrante con guitarra

  • Fernando González Viñas y José Lázaro viajan a la Alemania de los 70 en la novela gráfica 'El último yeyé'

Alemania, mediados de los años 70. Ruperto, yeyé soñador, pícaro y poco aficionado al trabajo, llega al pueblo de Oberndorf para reencontrarse con sus hermanos e intentar ganarse la vida. Allí le esperan extrañas costumbres, hermosas chicas, deliciosas salchichas, incómodas nieves y alguna sustancia que le hará volar. La editorial Berenice se abre a la novela gráfica con El último yeyé, con la que Fernando González Viñas (guión) y José Lázaro (dibujos) prolongan una colaboración que avisa con dar más frutos. Una obra inspirada en hechos reales que retrata la vida de los emigrantes españoles que en esta época intentaron prosperar en un país en el que experimentaron no pocos choques culturales y sociales.

Los madrugones, el pan negro de centeno, el rigor del trabajo en las fábricas, el frío, los horarios. Ruperto no se adapta: lo que realmente quiere es tocar la guitarra (una Fender robada en el tren) y funda un grupo, Los Mantas, con el que espera triunfar. González Viñas, que vivió en Alemania entre los cinco y los doce años, ha recurrido a su memoria personal y familiar para trazar este relato que desde el principio se orientó hacia el género de la novela gráfica. El personaje central está inspirado en su tío Ruperto, que creó una banda con el mismo nombre "para amenizar las veladas de los emigrantes españoles" y a través del cual se plasma la visión que éstos tenían de los alemanes y de sus costumbres, además de la nostalgia de España y "el deseo de volver". No obstante, señala el escritor, casi todos los emigrantes que vivieron esta experiencia la definen como "los mejores años de su vida". "Se lo pasaban muy bien en los centros españoles que había en muchas localidades, a los que también iban los alemanes por la diversión tremenda que encontraban", recuerda González Viñas, que combina hechos reales con licencias ficcionales que deparan momentos tan divertidos como una involuntaria incursión de los protagonistas en la República Democrática Alemana.

Humor y música, nostalgia y, como reconoce el guionista, un cierto toque Cuéntame se asocian en El último yeyé, que en los próximos días llegará a las librerías y que se sustenta en un cuidado proceso de documentación que llevó al escritor a escarbar en los archivos fotográficos familiares. También le resultaba estimulante mostrar cómo hablaban y pensaban esos españoles que en sus días alemanes iban de la fascinación a la extrañeza, de la admiración a la melancolía. Y perfilar el contraste entre la picaresca española y cierta "inocencia" alemana. "En Alemania todos los españoles éramos pícaros. Los niños alemanes no querían jugar con nosotros porque les ganábamos siempre", asegura.

"Yo lo que quiero es tocar en Liverpool, en Londres, allí entenderán el riff de mi guitarra", dice el protagonista. Y uno de sus compañeros de grupo le responde: "El Rif es donde hizo mi padre la mili, cuando todo aquello era nuestro". La comicidad preside esta historia de "alemanucos" incorregibles y españoles descolocados que revisa también el panorama musical de la época a través de portadas de discos y otras referencias como el triunfo de Abba en Eurovisión 1974 con Waterloo.

González Viñas y Lázaro comenzaron a trabajar en El último yeyé hace tres años, un tiempo en el que han desarrollado otros proyectos conjuntos como la obra Los siglos sin reloj, con la que ganaron el III Concurso de Cómics Madinat al-Zahra: memoria y creatividad, y Las aventuras del marqués. Ahora preparan otro proyecto, "muy serio", según el escritor, y de coordenadas distintas a las de El último yeyé, cuya presentación tendrá lugar el 23 de mayo en el pub Automático, en el marco de una noche yeyé.

Nacido en Villanueva del Duque, González Viñas es escritor, historiador, traductor y artista plástico. Entre sus libros figuran los ensayos Sol y sombra de Manolete (2007), José Tomás. De lo espiritual en el arte (2008) y Japón. Un viaje entre la sonrisa y el vacío (2010) y la novela Esperando a Gagarin (2012). Además, ha traducido para Berenice las obras de Hugo Ball Dios tras Dadá y Flametti o el dandismo de los pobres. Por su parte, Lázaro (nacido en Elda, Alicante) es ilustrador, autor de los dibujos del libro El flamenco contado a los niños de Francisco del Cid (2012). Ha colaborado en proyectos como el cortometraje de animación Del montón de Luis Javier Guil, el fanzine Hielo negro y diversas exposiciones.

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