Han pasado casi siete años desde que viera la luz Mitologías, aquella estupenda colección de historietas de Anders Nilsen (New Hampshire, 1973), entre las que descollaba la espectacular novela gráfica Dogs and Waters, ganadora del premio Ignatz a la mejor historia en 2005. Y vuelve a ser Fulgencio Pimentel -en coedición ahora con la siempre excelente Sins Entido- quien pone en manos de los lectores la obra oblicua y valiente de Nilsen, uno de los genios de la historieta actual.

Grandes preguntas retoma el tono poético y juguetón de Dogs and Waters para narrar las tribulaciones de un grupo de animales -mayormente gorriones, aunque también hay cuervos, una serpiente, un búho, cisnes, ardillas, algún humano y otros cuantos bichos- reunidos en torno a una bomba caída del cielo, en una especie de teatro del absurdo, a medio camino entre el Samuel Beckett de Esperando a Godot y el George Orwell de Rebelión en la granja. Los personajes de Nilsen son curiosos empedernidos que todo lo examinan, y el prado de Grandes preguntas es un territorio de la imaginación en el que conviven lo crudo y lo trascendente, lo místico y lo escatológico, la violencia, la belleza, el deseo de vivir y el ansia de conocimiento.

Con su estilo sereno, hermoso y originalísimo, Nilsen es un fuerte fogonazo en el territorio de la novela gráfica, capaz de iluminar la noche cerrada, y el presente libro es sencillamente portentoso. Se lee con fruición desde la primera página a la última -y eso que son más de 600-, casi sin querer, hipnotizado por el magnetismo que despide la línea y por la extraña mezcla de sencillez y complejidad que es siempre marca de la casa. No en vano se alzó con el Premio Ignatz a la Mejor Novela Gráfica 2012 y figuró entre la exigente lista de nominados al Mejor Álbum en el pasado Festival de Angoulême 2013.

En el epílogo que remata Grandes Preguntas, el propio Nilsen explica que los primeros dibujos de la obra surgieron en 1996 como ejercicios de taller, cuando aún era estudiante de arte en la Universidad de Nuevo México. Luego vinieron más y más bocetos y páginas deslavazadas hasta que el material comenzó a tomar cuerpo en un discurso unificador: "A finales del 2000 ya tenía un argumento general que a partir de entonces permaneció coherente, con algunas adiciones y digresiones, hasta el fin. Pensé que necesitaría 150, quizá 200 páginas para plasmarlo, lo que me parecía mucho. Estaba seguro de que acabaría en un par de años". Pero no fueron dos, sino 15 años, y las 200 páginas se convirtieron -lo he dicho antes- en más de 600, para gozo del lector. "Quince años son mucho tiempo para estar trabajando en un proyecto, para contar una historia. En ese tiempo he vivido en cuatro ciudades distintas, en ocho casas distintas, y he tenido siete trabajos distintos. He estado comprometido dos veces, casado una, divorciado, y sufrido la erosión de una muerte".

De todo este patrimonio vital, y de una inteligencia y sensibilidad únicas, da noticia Grandes preguntas, uno de los libros más impresionantes de la última década.

Anders Nilsen. Fulgencio Pimentel y Sinsentido. 308 páginas. 39,90 euros.