Excelencia con la sonanta, pundonor en el cante

Guitarra de concierto: Paco Serrano. Percusión: Miguel Santiago. Coro: Escolanía del Conservatorio de Córdoba. Cante: Antonio Mejías. Toque: Juani de la Isla y Francis Pinto. Coro: Christian Mejías y Amparo Ramos Palmas: El Cabra, y Ángel Dobao. Fecha: viernes 26 de abril. Lugar: Gran Teatro. Media entrada.
Esta puesta en escena del nuevo registro discográfico etiquetado Catarsis, propició reencontrarnos el pasado viernes con el maestro cordobés Paco Serrano que, con su solvente dominio del instrumento de las seis cuerdas, y su buen gusto en el toque, junto al cante y baile o, como en este concierto, con una ajustada percusión y las voces blancas del coro que le acompañó en rumba al levantarse el telón, explicitado con la exquisitez que le caracteriza en una elegante ejecución en cada uno de los temas recreados, siempre fiel a su concepto del flamenco en las fantasías ya por rumba, tientos, minera, tanguillos, aires gaditanos, serrana, guajiras, soleá por bulerías, y bulerías.
Un repertorio completo donde Paco Serrano -que cuenta con el premio Ramón Montoya y el Manolo de Huelva del Concurso de Córdoba-, remarcó su sobria línea artística, rica en contenidos musicales flamencos, tal como ya se explayase en Mi Camino, con toda la vorágine y el temperamento que este arte demanda y la sapiencia adquirida con su guitarra tras más de tres lustros de docencia, la mayor parte en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba y varios cursos en la Cátedra de Flamencología de la UCO, y una época juvenil en la que acompañaba a cantaoras y cantaores, incluso a su propia hermana Luisa Serrano al baile. Así que en el recital que disfrutamos en el Gran Teatro cordobés, mostró lo que Catarsis contiene al público que asistió y que, con tanto agrado, le premió al final de su comparecencia.
Antonio Mejías acudió con su nuevo trabajo En su tiempo para reencontrarse en el fantástico coliseo del Gran Capitán con sus seguidores, siempre atentos al cante de este primer premio del último Concurso Nacional de Arte Flamenco de nuestra ciudad, aguardando para saber del concienzudo trabajo -enciclopédico- llevado a cabo, no sin antes someterlo a serios criterios, incluida la destacada opinión del maestro Fosforito, al que dedicó unas palabras de admiración por su laboriosidad y calidad conseguida en el repertorio de los cantes reunidos. Algunos de los que en el recital enjuiciamos, de los que destacaré las malagueñas de El Canario y El Mellizo, tangos de Badajoz, bulerías jerezanas dedicadas al desaparecido Moraíto Chico, otras a Antonio el Sevillano y la zambra con la que abrió. Todo aspirando a no pasar desapercibido, haciéndonos sufrir en su afán de superación con la máquina a revienta caldera en una pundonorosa pelea que el respetable aplaudió, pero que en algunos momentos parecía rozar su voz.
A su vez hay que reseñar que En su tiempo parte de los palos recopilados van con letras de su autoría, fruto de prestarse al estudio, reflejando muchas vivencias que han marcado su trayectoria de cantaor, sus sentimientos y gustos, recordando con ello a algunos de los grandes que él ha admirado, como el maestro pontanés o Chano Lobato. Para una mejor factura ha contado con la colaboración especial de compañeros del cante y del toque.
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