Cultura

Tombuctú, los papeles en el aire

  • Las revueltas desatadas en Malí a raíz del golpe de Estado y la irrupción de los fundamentalistas hacen que corra peligro la Biblioteca Kati, que contiene 3.000 manuscritos de la época de Al-Ándalus

El golpe de Estado que unos militares realizaron en Malí el pasado 22 de marzo no sólo ha provocado las revueltas de los tuaregs y el avance de los integristas, que se han adueñado de algunas de las ciudades más importantes del país, como Tombuctú, sino que pone en peligro algo mucho más preciado: el legado histórico de miles de manuscritos de hace siglos. 3.000 de esos manuscritos están íntimamente emparentados con Al-Ándalus y su historia. Son papeles que pueden arder.

"Aunque creo que a los tuaregs no puedan interesarle mucho los libros, creo que el golpe de Estado sí hace que las bibliotecas de Tombuctú corran peligro", comenta el escritor Manuel Villar Raso, viajero asiduo a la Curva del Níger y buen conocedor de la zona. Las bibliotecas que Villar Raso se refieren son la de Ahmed Babá, que conserva 30.000 manuscritos sobre la presencia islámica en África y que abarca casi mil años de historia, y la conocida como Biblioteca Kati, que fue impulsada por la Junta de Andalucía a comienzos del siglo XXI.

Esta última biblioteca está íntimamente emparentada con España. Hace años, un investigador maliense, Ismail Diadié Haïdara, anunció que después de lustros de investigación había conseguidor recuperar el legado de su familia, un legado de incluía unos 3.000 manuscritos, la mayor parte de ellos procedentes de la época de Al-Ándalus.

Haïdara era descendiente de un alto linaje de Toledo, la familia Kati o Banu Quti (literalmente, la familia Goda), directamente ligada a Witiza, el último rey godo antes de la islamización de España. En el siglo XV, Ali ben Ziyad al-Qutí salió expulsado de Toledo y decidió instalarse en Tombuctú. Con él se llevó su importantísima biblioteca manuscrita que incluía tratados de matemáticas, de geometría, de religión, de filosofía. Y no sólo eso: su hijo Mahmud al Qutí sería el primer escritor negro conocido de la historia y el autor de una gran crónica general de África: el Takich el-Fettash. "Yo pienso que el grueso de los manuscritos no es muy importante", comenta Villar Raso, "pero sí que hay tres libros de un enorme valor: un libro que escribió uno de sus antepasados, un Corán ceutí grabado en oro y una importantísima biografía de Abu Haq Es Saheli".

Abu Haq Es Saheli. A muy pocos les sonará el nombre. Pues bien, era un poeta y arquitecto granadino nacido en 1290 que, por razones que se desconocen, tuvo que huir de Al-Ándalus. Después de recorrer Argelia y Egipto recaló en Arabia Saudí, donde conoció a Mansa Kankan Musa, el emperador de Mali, un hombre literalmente bañado en oro (Tombuctú era entonces el gran centro del oro en África). Mansa Musa acogió a Es Saheli y le pidió que construyera una mezquita. A cambio de 170 kilos de oro, el granadino alzó la Mezquita de Djingareyber, en la que, siglos después, se inspiraría Antoni Gaudí para sus diseños.

Pero Es Saheli no fue el único andaluz que llegó a Tombuctú: siglos antes lo hizo Yuder Pachá, cuando, al frente del ejército de los Arma conquistó el imperio Songhay, junto al río Níger, y se asentó en Tombuctú. El descubrimiento de la figura de Yuder Pachá por parte de Manuel Villar Raso hizo que, a mediados de los años noventa, comenzaran a organizarse desde Granada expediciones de escritores, novelistas, pintores o profesores universitarios a la Curva del Níger. De aquellas visitas nacería el libro Las Españas perdida, de Villar Raso, y aparecería la figura de Ismail Diadié Haïdara con sus manuscritos.

Haïdara buscaba financiación para preservar ese legado y ayudas para construir algún edificio en el que albergarlo. Finalmente, la Junta de Andalucía, a propuesta del consejero de Turismo del Partido Andalucista Antonio Ortega, construyó con 120.000 euros de presupuesto la Biblioteca Kati de Tombuctú a comienzos de la pasada década. Con el paso del tiempo, sin embargo, la comunidad autónoma se fue desentendiendo de ese proyecto, que ahora puede caer en manos de los fundamentalistas y provocar que desaparezca un legado centenario, único y romántico.

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