"Bahía Blanca debe lidiar contra su propia mitología"

Martín Kohan. Escritor

El novelista argentino relata en su nueva obra la peripecia de un profesor solitario con mucho que esconder que viaja a una ciudad conocida por sus ínfimos alicientes.

El escritor argentino Martín Kohan.
El escritor argentino Martín Kohan.
Alfredo Asensi / Córdoba

14 de marzo 2012 - 05:00

Bahía Blanca, la puerta de acceso a la Patagonia, es una ciudad cargada de negatividad. Hasta ella, en busca del olvido, de la nada, de algún tipo de supresión, viaja el enigmático protagonista de la novela homónima de Martín Kohan (Buenos Aires, 1967), publicada por la editorial Anagrama. Para algunos críticos se trata de la mejor obra del ganador del premio Herralde por Ciencias morales.

-La novela destaca por fusionar varios géneros, pero de una manera atenuada, de tal manera de ninguno se impone al resto y el conjunto sobresale por su carácter armónico: hay comedia, crónica cotidiana, género negro...

-Aposté por ir variando las formas de narrar, para subrayar la manera en que el personaje atraviesa estadios distintos: la abolición del pasado, la fobia del presente, la pasión del pasado, la expectativa por lo que va a llegar o va a volver. A la vez él procede siempre igual, su carácter es constante, y tal vez sea eso lo que me permitió lograr que la novela tuviera esa integración de géneros diversos que usted señala.

-El protagonista es un personaje complejo: obsesivo pero sereno, impulsivo pero calculador...

-Así es. Tal vez porque la narración lo encuentra en ese punto preciso, difícil pero no inalcanzable, en que el obsesivo cree que sí: que va a poder controlarlo todo, registrarlo todo, planificar todo; y entonces se serena (se serena sin aflojar la obsesión, porque le debe su serenamiento a la obsesión). Y es cierto que es impulsivo, porque es un enamorado; pero como además de ser el personaje de Bahía Blanca es también su narrador, no puede sino calcular. Obsesivo para describir, calculador para narrar: el estilo de mi escritura lo hizo así.

-Cabe dividir la novela en dos partes: en la primera, el personaje explora con desesperanza y neutralidad un ámbito nuevo; en la segunda rastrea melancólicamente ámbitos conocidos en busca de huellas del pasado. No tiene grandes carencias ni grandes certezas. Podría ser un buen ejemplo en un tratado sobre la soledad y la confusión en los tiempos actuales.

-Solitarios habrá habido siempre, y confundidos tanto más; pero es cierto que los tiempos actuales parecen haber disminuido la fuerza de permanencia de los grandes amores. Y me parece que es ésa la razón de la clase de soledad y la clase de confusión que padece el personaje de Bahía Blanca: el amor de toda la vida le ha durado apenas unos pocos años. Quizás sea un personaje perdido entre dos épocas: una, que no deja de alentar la ilusión del amor de toda la vida; otra, que lo vuelve cada vez más difícil de sostener. Mi personaje no es lo suficientemente contemporáneo como para desistir de esa ilusión, pero tampoco logró estar lo suficientemente a destiempo (lo digo como un elogio) para haber sido capaz de consumarla.

-¿Esa afición al boxeo explica la idea que tiene de la vida como intercambio de golpes, como un continuo dar y recibir en el que al final quizá lo más importante sea, más que ganar, el sentido de la resistencia?

-Encuentro en el boxeo lo que Borges encontraba en los duelos: ese momento en que dos hombres se enfrentan, mano a mano, y encuentran en esa escena una verdad que los define. En el boxeo no van a matar o a morir; pero a menudo, en ciertas grandes peleas, hay verdades que se revelan con especial intensidad: la tenacidad, la resignación del abandono, la espera, el poder de una resurrección, ser cobarde o ser valiente.

-¿Bahía Blanca es en la realidad como la describe en la novela?

-La mitología de Bahía Blanca es ésa, pero no necesariamente Bahía Blanca. Me atrajo mucho esa ciudad que debe lidiar contra su propia mitología. Yo vivo en otra, Buenos Aires, que se empalaga en una mitología de autoadoración. Bahía Blanca me ofrecía opciones más interesantes para escribir una novela: la negatividad, la capacidad de anular, el poder de lo que se dice maldito.

-¿En qué momento se encuentra la narrativa argentina?

-En uno muy productivo, sin líneas estéticas dominantes a manera de dogma, y por lo tanto con mucha diversidad y también muy buen nivel.

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