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Pozoblanco dibuja un futuro sin Prasa

  • El club busca "de forma incesante" un nuevo patrocinador ante la probable salida de la constructora tras una relación de 17 años

La relación que desde hace 17 años mantienen el CB Pozoblanco y Grupo Prasa puede llegar a su fin este verano. La directiva del club se encuentra a la busca de un nuevo patrocinador que aporte el soporte económico que la empresa constructora ya no puede garantizar, algo que cambiaría la denominación del equipo con más abolengo en la División de Honor Plata.

De hecho, el equipo pudo dejar de llamarse Prasa la pasada temporada, cuando el club estuvo cerca de firmar un nuevo acuerdo de patrocinio con Cajasol. Finalmente, todo quedó en un acercamiento de posturas y una aportación de 20.000 euros que hizo que el conjunto de Pozoblanco no cambiara de denominación. "Vamos a seguir con Prasa por agradecimiento, porque les debemos mucho. Mantenemos con ellos una relación casi romántica", dijo entonces el director deportivo Pedro García, una situación que un año después difícilmente podrá continuar. Porque ya entonces, desde Prasa se hizo una declaración de buenas intenciones, por la que la continuidad del patrocinio quedaba a expensas de una mejora de la situación económica de la compañía. "Pero supongo que tal y como están las cosas en el sector de la construcción las noticias no serán buenas", dice ahora García, que en todo caso insta a la reunión que en las próximas semanas mantendrán miembros de la directiva con responsables de la constructora cordobesa. "Vamos a ver qué nos pueden decir, y a partir de ahí, teniendo en cuenta su disposición, tendremos que buscar otro patrocinador", señala García, que como todos sus compañeros de la gestora andan estos días cerrando los últimos flecos económicos del ejercicio que acaba de concluir.

Sería el fin a una relación de 17 años, que comenzó en la temporada 1994-95. El CB Pozoblanco nació en 1984, y en su primera etapa se denominó Grapesa, pero siete años después celebró la llegada de su nuevo sponsor con el ascenso a la División de Honor B, categoría en la que ha militado desde entonces con la única salvedad de la temporada 96-97, en la que disfrutó de la Liga Asobal. Desde entonces, patrocinador y equipo se han convertido en un matrimonio inseparable, tanto que hasta Pedro García reconoce que "se conoce más como Prasa que Pozoblanco", pero la relación puede estar ante sus últimos coletazos, porque la búsqueda de un nuevo patrocinador es "incesante".

Porque si el balance de esta temporada, en la que el presupuesto se redujo hasta los 250.000 euros, está cerrado a falta de algunos flecos, desde el club se teme por la planificación económica de la próxima campaña, que está cuanto menos "complicada". Porque el (de momento) Prasa está inmerso en la misma incertidumbre que la mayoría de clubes, cuyos planteamientos dependen en buena parte de las subvenciones recibidas por las instituciones públicas. Las elecciones del pasado 22 de mayo y la configuración de los ayuntamientos y diputaciones -que no será efectiva hasta este sábado- afecta de lleno a todos los clubes, y el vallesano no es una excepción. Se dan además dos circunstancias. El resultado de los comicios en Pozoblanco hace particularmente difícil la confección del nuevo ayuntamiento, y por otra parte, la entrada del PP en la Diputación provocará la salida del pozoalbense Pablo Lozano, hasta ahora responsable de deportes y uno de los grandes valedores del Prasa en la institución provincial.

Todo ello hace que el mercado esté paralizado en la práctica totalidad de la categoría. "Tengo muchas propuestas de jugadores y entrenadores sobre la mesa, pero hasta que no sepamos el presupuesto no podemos cerrar nada", asume García, quien en todo caso tiene este verano la dura misión de cambiar de arriba a abajo un equipo que, además, puede cambiar de denominación 17 años después.

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