Qué grande, pero qué inútil. El Prasa volvió a ser el de siempre por un par de horas, ese equipo al que todos temen en la DHB, lástima que no sirva para nada. Sólo el honor y la enorme calidad que atesora la plantilla prasista explica el enorme triunfo conseguido ante el Cuenca, que sumó su primera derrota de la temporada en El Sargal en un gran partido.

Y eso que en el arranque, las paradas de Asier Zubiría sirvieron como base para proyectar una serie de contraataques que abrieron brecha (7-3, min. 12). No obstante los cordobeses se empeñaron en hacer de su veteranía un grado para reaccionar y empatar a ocho a los 20 minutos. A partir de ahí, los prasistas comenzaron a ahogar al conjunto azulón, aunque la irrupción de De la Salud permitió al Cuenca llegar con ventaja al descanso (14-12).

La reanudación esperaba al mejor Prasa, que logró un parcial 0-5 en sólo cinco minutos que daba la vuelta al partido. El principal culpable de la remontada fue un Escobedo que estuvo perfecto en todas las facetas del juego, pero también brilló el meta Percin, con paradas de auténtico mérito.

El conjunto conquense veía que se le podía marchar el partido y echó mano de toda su garra para, con más corazón que cabeza, ponerse de nuevo por delante cumplido el minuto 15 de la segunda mitad. Posteriormente, reiteradas polémicas arbitrales descentraron a unos locales más ocupados en las protestas que en el juego. Todo lo contrario que su rival, que aprovechó la circunstancia para ajustar su defensa y para sorprender en ataque. Ahí murió el partido, con un sistema defensivo impenetrable del conjunto cordobés y una concentración digna de alabar. Al final 27-30 y primera derrota conquense en El Sargal.