A un suspiro de dar la sorpresa. Así se quedó el Ángel Ximénez en su visita a Pamplona tras rozar el empate en unos emocionantes últimos segundos del partido. Los cordobeses dispusieron de la última posesión, pero no hubo lanzamiento antes de la bocina. Luja Chirosa y sus jugadores se quedaron así sin un punto merecido ante el Anaitasuna, candidato al ascenso, máximo goleador de la competición y equipo que sólo ha cedido un punto en su feudo.

La diferencia en la tabla se notó muy poco en la pista. Los cordobeses demostraron muy pronto a los navarros que el partido no sería un trámite. Los pontanos, que ya complicó mucho a los locales en la ida, lo volvió a hacer ayer con una defensa agresiva en los nueves metros.

Sólo el central local, Javi Rodríguez, puso réplica al equipo de Chirosa en los primeros minutos del partido. Su colega Juanto Apezetxea lo vio claro y con 2-5 y sólo cinco minutos de partido pidió tiempo muerto. Tras un gol de Campos de penalti, el Anaitasuna comenzó a intensificar su juego y de la mano de Johanson, brazo ejecutor desde los nueve metros, y de Chocarro, consiguió nivelar el resultado. Pero los cordobeses muy serios en la retaguardia, distribuyeron bien el juego a los extremos y consiguieron irse al descanso por delante.

Los navarros endosaron un 7-1 de parcial para cambiar el curso del duelo (25-20). Aún así, los cordobeses nunca tiraron la toalla y obligaron al Anaitasuna a sufrir hasta el final. En el último suspiro, el Anaitasuna lo pasó mal hasta el final y a punto estuvieron los pontanos de recoger un merecido premio.