Tras su épica victoria del pasado sábado ante el Anaitasuna, el Prasa Pozoblanco se ha colocado como líder de la DHB después de cinco jornadas, empatado con el Ars de Palma del Río y el Guadalajara, aunque con mejor diferencia de goles. En cualquier otro equipo, sería un motivo para la satisfacción, pero en el conjunto de Paco Castillo el dato es sólo un llamamiento a la prudencia. Sólo hay que echarle un vistazo a la historia más reciente del equipo vallesano para darse cuenta de que un liderato fugaz no es sinónimo de éxito.

Porque a lo largo de la última década, el Prasa ha sido líder en algún momento en seis de las últimas diez temporadas, sin que en ninguna de ellas haya sido suficiente para repetir el histórico ascenso a la Asobal de 1997. Sólo hay que ver las declaraciones del veterano Quino Soler en la web oficial del club, donde el malagueño deja claro que a pesar del salto al primer puesto al equipo "no le hace falta poner objetivos. Estamos arriba y hay que disfrutar del momento". "Tenemos que darlo todo para ganar el partido. Lo demás vendrá solo", dice el malagueño, toda una institución que bajo la experiencia del que ha ganado dos Ligas de Campeones mira el presente con cautela.

Porque el idilio del Prasa con el liderato en la última década viene de lejos. Y eso que no empezó bien, ya que el curso 00-01 fue uno de los más irregulares de la historia reciente del club, y sólo pudo ser sexto en su mejor momento de una temporada en la que acabó octavo, muy lejos de los mejores. Mejor le fue en la 01-02, ya que un primer tramo final de la primera vuelta le llevó al liderato durante cuatro jornadas (entre la sexta y la octava, más la undécima), pero luego no pudo seguir el ritmo que impusieron los dos mejores, el Alcobendas y el Torrevieja. El puesto del Prasa, el tercero, claro.

En otras cuatro ocasiones estuvo el equipo líder en el curso 02-03, de nuevo tras un buen arranque liguero (primero en las jornadas 3, 4, 5 y 9), y aunque siempre se mantuvo en las primeras posiciones, las lesiones acabaron con las opciones de un equipo que sólo pudo ser cuarto, fuera del alcance del Pilotes y el Arrate, que ese año subieron a la Asobal.

La nefasta campaña 03-04 (octavo al final, la peor clasificación de la década) dio paso a una 04-05 en la que el Prasa sólo llegó a ser segundo durante alguna jornada de la primera vuelta, antes de quedar fuera de la pelea entre el Algeciras y el Zaragoza, los dos equipos que ascendieron dejando a los cordobeses muy distanciados como terceros. Muchas más opciones hubo en la 05-06, en la que el cuadro pozoalbense arrancó fuerte (líder en las jornadas 2, 3 y 7) y se mantuvo entre los mejores hasta proclamarse campeón de invierno tras liderar la tabla en las jornadas 14 y 15. Las buenas sensaciones se apagaron en la segunda vuelta, y el Prasa fue incapaz de mantener el nivel del Antequera y el Logroño. Los pozoalbenses tuvieron opciones matemáticas hasta la penúltima jornada de liga, pero su puesto final fue... el tercero, como en cinco ocasiones a lo largo de las últimas nueve campañas.

Ese puesto maldito se repitió en la 06-07, en la que el Prasa fue líder entre las jornadas seis y nueve. Pero tras un nuevo arranque esperanzador, volvió a acabar el curso tercero, sólo un escalón por detrás del Pilotes y el Teucro. Menos agradable fue la temporada siguiente, la 07-08, en la que el Prasa sólo pudo ser quinto con una cuarta plaza como mejor posición al inicio del curso. Curiosamente, el Ars de Palma del Río disfrutó ese año de las mieles del liderato, aunque fuera sólo efímeramente y en la jornada inaugural.

Pero el gran desengaño llegó el curso pasado, en el que el equipo de Paco Castillo fue líder durante 19 de las 30 jornadas para luego acabar fulminado en el play off. El Prasa comenzó bien -mejor el Ars, líder en la primera fecha- y ocupó la primera plaza entre las jornadas 4 y 6, recuperando el liderato en la décima y proclamándose campeón de invierno. Los vallesanos encadenaron doce jornadas al frente de la DHB -con excepción de la 16- hasta plantarse con todas las opciones en la recta final. Tras el acecho del Toledo, los cordobeses recuperaron el mando entre las jornadas 24 y 26 y aún llegaron líderes a la 28, con sólo dos semanas por delante. Pero su derrota en la cancha del Lábaro y el hecho de tener que cumplir jornada de descanso en la penúltima fecha impidieron que el Prasa pudiera ascender directamente, algo que desde el curso pasado sólo está reservado al campeón de la fase regular. El equipo tuvo que jugar el novedoso play off en Pamplona, pero no pudo recuperarse del golpe moral y acabó eliminado a las primeras de cambio ante el Guadalajara, en el último de una sucesión de episodios frustrantes.

Por eso, ser líder en la jornada cinco no pasa de ser una anécdota. De eso ya saben suficiente en Pozoblanco, donde no están dispuestos a volver a ilusionarse más de la cuenta. Como dice Quino Soler, lo único que vale por es disfrutar del momento. Los objetivos (¿el ascenso?), más adelante.