Balonmano l División de Honor Plata

Avalancha cordobesa

  • Prasa Pozoblanco, Ars Palma Naranja, Ángel Ximénez de Puente Genil y Cajasur Córdoba encaran la competición con incógnitas · Los clubes de la provincia suponen la cuarta parte del total de equipos del grupo en la segunda categoría

Son más que nunca. ¿Y mejores? Habrá que verlo. De momento, la armada cordobesa se aposta en la línea de salida para un campeonato, el redenominado como División de Plata, que supondrá un exigente test para todos ellos. El Prasa, sempiterno candidato a dar al salto a la Asobal -desde que abandonó la élite, allá por 1997, esa legítima aspiración se ha transformado en una presión perpetua-, se perfila como el abanderado de un cuarteto que pretende reivindicar el protagonismo. Cada uno a su estilo. El club de Pozoblanco, después de la mayúscula decepción del último curso -perdió el partido decisivo por 30-34 ante el Realitas Guadalajara, en la fase de ascenso de Pamplona-, comparece con un plantel donde veteranos con lustrosos historiales que buscarán, bajo la guía del experto Paco Castillo, reeditar la trayectoria de cualquiera de los últimos cursos. Pero, eso sí, colocándole el final feliz que tanto se echa de menos.

El Ars Palma del Río y el Ángel Ximénez de Puente Genil, los dos clásicos de la provincia, han armado sus escuadras con tino y sin dispendios. La crisis económica se ha dejado sentir en el mercado veraniego y las directivas han tenido que actuar con tiento. En la presente coyuntura, los errores se pagarán al contado y sin plazos. Los palmeños, con César Montes en la dirección -el ex Asobal cordobés suple en el cargo a Rafa Moreno-, han cambiado de patrocinador -ahora es Palma Naranja- pero no de objetivos: la permanencia es el servicio mínimo. Y se consigue en El Pandero, un recinto que debe ser más que nunca inexpugnable para quienes lo visiten.

Para el Ángel Ximénez, que continúa con Luja Chirosa al frente, la campaña será un examen permanente. Los pontanenses sólo han retocado el grupo -pocas bajas, pocas altas- y confían en la conjunción del equipo como un arma básica para afianzarse en la división.

Uno de los grandes atractivos de la Liga estará en la aparición de un representante de la capital cordobesa, después de mucho tiempo de ausencia. Avalado por un sólido y fructífero trabajo en divisiones formativas, el Cajasur Córdoba Balonmano comparece con interesantes expectativas. Pepe Morales, después de un decenio en equipos de base, agarra la pizarra en la primera plantilla del conjunto granate para suplir a una leyenda viva de este deporte, Antonio Reyes.

El Prasa no pierde la etiqueta de candidato al ascenso, que lleva ya adherida como si fuera una segunda piel y que enseña con tanta naturalidad como resignación. No ha bajado nunca de la octava plaza en el último decenio, ha disputado fases de ascenso, se ha quedado varias veces a las puertas… Y ahí aparece de nuevo. Paco Castillo es algo más que un entrenador en la capital del Valle de los Pedroches. La página web oficial del club hace una definición contundente: balonmano en pozoblanco=Paco Castillo. Durante la pretemporada ya se ha comprobado que, a pesar de los cambios, el Prasa seguirá siendo el cuadro rocoso, disciplinado y convencido de siempre. Sacó adelante los siempre inquietantes derbis estivales ante el Ars Palma Naranja (29-24 en la Copa Andalucía y 30-27 en el Trofeo de Santaella) y el Cajasur (29-27 en la Copa Andalucía). Peleó por el cetro andaluz en su pabellón, el Juan Sepúlveda, pero tuvo que resignarse ante el Antequera, de la Asobal, que le venció por 23-26. Antes, en la previa, los vallesanos habían aniquilado a los malagueños en Torre del Mar por un aplastante marcador de 19-26.

El Prasa conserva la mayor parte del bloque del curso anterior, con hombres clave como Nacho Vico, Gerard Espigol, Curro Muñoz, Eduardo Escobedo, Nacho Serrano o Ismael Damont. Como refuerzos llegaron Álvaro Hita, Asier Zubiría, Alcedo y Paco Bustos. El retorno a Córdoba del ex jugador del Barcelona -llegaba del Antequera- suponía una vieja aspiración del Pozoblanco. A sus 33 años, este pivote de amplio palmarés, forjado en la cantera del Cajasur, puede marcar diferencias en el campeonato.

En Córdoba se detecta cómo hierve la afición al balonmano ante el resurgir de un equipo en segunda categoría nacional. Después de una fase oscura para este deporte en la ciudad, en la que las dificultades de financiación impedían la construcción de un proyecto de élite, el Cajasur Córdoba ha decidido que era el momento de que los talentosos productos de su factoría encontraran un escaparate en Vista Alegre. Tras permutar su plaza en la categoría inferior con el Aldemar Maristas de Málaga, el Córdoba Balonmano presentó un proyecto con cambios en las caras pero no en el ideario que le ha llevado a convertirse en una potencia emergente del balonmano. Juan Pablo Gisbert suplió en la presidencia a Blas Cosano y Antonio Reyes, entrenador del equipo sénior, dejó su sitio a Pepe Morales para pasar a ejercer como director deportivo. El conjunto granate aspira a construir sus aspiraciones en Vista Alegre, un recinto en el que solamente ha perdido un partido en los dos últimos años. Fue precisamente ante el Ángel Ximénez de Puente Genil, que junto al Ars Palma Naranja completa el cuarteto cordobés en la División de Plata.

Los pontanos han dejado interesantes detalles en la pretemporada, como la victoria ante el Cajasur (30-27) en el Trofeo Ciudad de Badajoz, aunque padecieron derrotas claras ante el PAN Moguer o el Ars Palma Naranja. Los palmeños, después de un campeonato pasado francamente decepcionante, tratarán de variar el rumbo con César Montes.

Son cuatro sobre 16, un 25 por ciento del grupo. Numéricamente, la relevancia de la provincia de Córdoba en esta división es espectacular. Sólo hay un andaluz más, el Pedro Alonso Niño de Moguer, y completan la nómina de la Liga 2009-10 los equipos del Almoradí Mahersol, Grupo Pinta Torrelavega, Obearagón BM Huesca, Bidasoa Irún, Realitas Guadalajara, Helvetia Anaitasuna, Barakaldo, Teucro, Artepref Villa de Aranda, Alser Puerto Sagunto y Adelma Santander 2016. El sábado se inicia la carrera.

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