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Más blanco que verde

  • Piel de cordero El Córdoba busca dar la campanada en Heliópolis, la casa del gran candidato a subir Ausentes Los argentinos Lizio y Savoia son las únicas bajas y Alcaraz hará dos descartes a última hora

Si a Lucas Alcaraz no le llega la camisa al cuerpo con la teóricamente debilucha plantilla que tiene entre manos, qué decir cuando en la primera jornada de la Liga Adelante 09-10 toca visitar al Betis, el Zaragoza del campeonato anterior. Porque el prestigioso -ya no tanto- club verdiblanco está en Segunda, por los cacareados desmanes de Lopera. Igual que el Córdoba, que encara el inicio de su tercera temporada consecutiva en la categoría de plata con el afán, un año más, de no pasar excesivos apuros. Empatando hoy se daría con un canto en los dientes, por supuesto.

La expedición blanquiverde viaja hoy mismo hacia Sevilla. El partido es a las ocho de la tarde y el plan de austeridad no regala hoteles. En el autocar se subirán los 20 jugadores disponibles, con las excepciones de los argentinos Lizio, convaleciente de su lesión muscular, y Savoia, cuya llegada está prevista para hoy. Cruza el charco con el propósito de convertirse en el goleador del equipo.

Pero el ya ex jugador del Ponte Preta, de la Serie B brasileña, no cuenta. No cuenta porque no está. Alcaraz debe morir con lo que tiene, dos decenas de futbolistas que han padecido durante la pretemporada los rigores de un proyecto venido a menos.

El técnico granadino hará dos descartes en la lista definitiva. Todo apunta a un defensa y a Cabrera, por estar un peldaño por debajo del resto a nivel físico. El que muy probablemente irá al banquillo es el húngaro de 19 años András Simon; las penurias en ataque desaconsejan el sacrificio de uno de los tres delanteros aptos, junto a Asen y Pepe Díaz.

El Córdoba no jugará al ataque, sino al contraataque. Algo lógico es un escenario majestuoso y ante un rival de la talla del Betis. Sin embargo, un estadio y una camiseta no ganan partidos por sí solos. El CCF debe sobreponerse al ambiente y plantar cara a un adversario cualificado pero terrenal, al fin y al cabo. Recuerden: también está en Segunda.

Sumar en el Manuel Ruiz de Lopera, adonde el Córdoba volverá dentro de cuatro días para dirimir la eliminatoria de la Copa del Rey, supondría un espaldarazo de consecuencias imprevisibles antes de debutar en El Arcángel frente al filial del Villarreal. Quién sabe cuántos aficionados indecisos se atreverían a rascarse el bolsillo para abonarse. ¿Y si resulta que este año, precisamente este año, es el bueno?

Empieza la Liga. Ya hay en juego puntos, ya florecen los sentimientos. El Córdoba parte en el vagón de los desheredados, con un plantel sin estridencias... y un entrenador como la copa de un pino. Y una hinchada que, fiel a su corazón, remará en la misma dirección con la eterna esperanza de que lo mejor está por llegar.

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