Balonmano l Fase de ascenso a División de Honor B

El Ximénez inicia su mayor desafío

  • El conjunto pontanés abre su pelea por el ascenso ante el Senda Viva navarro

El Ángel Ximénez de Puente Genil arranca esta tarde el mayor desafío de su historia, ejercer de anfitrión en una fase de ascenso a la División de Honor B en la que tratará de conseguir como mínimo el billete para la fase final. Los pontaneses, segundos clasificados en el grupo D en la temporada regular, encaran el reto con cautela, aunque también con cierto espacio para el optimismo.

El sorteo deparó un grupo parejo, aunque asumible para el equipo de Luja Chirosa, un bloque que ha ido creciendo en las últimas temporadas, quemando etapas hasta que le ha llegado su oportunidad. Primero fue el ascenso a Primera Nacional, donde la pasada campaña se quedó a un paso de la fase -fue tercero de su grupo-. Ahora, los pontaneses tendrán que medirse al Senda Viva de Tudela, al Chapela gallego y al filial del Barcelona, rivales complejos pero que dejan un amplio margen de opciones.

Los dos primeros clasificados en Puente Genil pasarán arrastrando los puntos conseguidos a la fase final, donde se cruzarán con los dos mejores del otro grupo, que mide al Atlético Novas, Vinaroz, PAN Moguer y Torrelavega. En ese cuadrangular definitivo, los tres primeros lograrán el ascenso directo a la DHB, mientras que el cuarto tendrá aún la opción de la promoción.

Para empezar, el Ángel Ximénez se medirá al Senda Viva navarro, probablemente el rival más asequible de la fase. Segundo del grupo B, el cuadro tudelano es un indigesto entrante para lo que viene después. El Chapela, un clásico de la DHB y que hace una década llegó a jugar en la Asobal, fue campeón del grupo A y será el rival en la segunda jornada. Si mantiene sus opciones tras los dos primeros encuentros, el Ximénez se jugará la primera plaza el domingo ante el gran favorito, el Barcelona. Dirigido por el pivote internacional Andrei Xepkin, el cuadro azulgrana llega como campeón del grupo C y armado con un bloque de enorme potencia física plagado de miembros de las selecciones juvenil y júnior. Ése es el duro camino del Ángel Ximénez, pero la recompensa merece la pena.

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