En tres momentos, la historia del Córdoba se ha beneficiado de una visita del Xerez. Pero únicamente en la última un encuentro convirtió un estadio en un particular reino.

En el lejano 1958, un triunfo por 2-0 ante los vinícolas cambió el signo descendente del equipo entrenado por Diego Lozano. Al final se salvaron del descenso. 37 años después, otra victoria ante los azulinos (1-0), unida al empate del Málaga en la bendita Huelva, permitió que el Córdoba se metiera en la fase de ascenso a Segunda (aunque luego no subiera). La tercera y última ocasión en la que un choque frente al Xerez regaló un sueño fue el año pasado: el 2-1 (goles de Arthuro y Rubén) en el peor momento de la temporada alumbró el camino de la permanencia. De paso, la afición interiorizó un lema expuesto en un fenomenal tifo de Cordobamanía: El Arcángel, nuestro reino. Desde entonces (jornada 37) y hasta el final del campeonato, de ese coto privado y monárquico no se fugó ni un punto.

Tampoco estuvo mal la victoria por 3-1 de 1993, lograda en el exilio montillano por la construcción del nuevo estadio. Con ese guarismo, el Córdoba se puso líder justo antes de cambiar de hogar (un año antes, por el mismo motivo, empataron a cero en San Eulogio).

Pero el Xerez también ha dejado algunas resacas malsanas al visitar Córdoba. Sobre todo en los últimos tiempos y en Segunda. En 2002 (1-3 el tanteo), los centrales Jesule y Antonio ridiculizaron a un imberbe David Carmona en un choque que pudo ver toda España, como el del domingo, por el Plus.

Los dos años siguientes, sendos batacazos. En el de 2004 (1-2), cosas del fútbol, el entrenador que entonces era del Córdoba (Esteban Vigo lo fue únicamente tres jornadas más después de aquel duelo) lo es ahora del Xerez.

Pero sin duda el partido más triste de los que han disputado hasta la fecha cordobesistas y xerecistas en estas tierras se celebró en 1983. Era la última jornada para ambos como equipos de Segunda. Los locales (penúltimos) ganaron por 1-0 a los visitantes, que fueron los últimos. Fue uno de los últimos Córdoba-Xerez en el viejo Arcángel. Luego el recinto fue vendido, para que se construyera un centro comercial, a la promotora Finacom. Que era una empresa jerezana.