El líder de la División de Honor B, el Prasa Pozoblanco, vuelve a casa para defender su puesto (Juan Sepúlveda, 18.30) ante el recién ascendido Adelma Sinfín de Santander, que no debería ser obstáculo para que el cuadro de Paco Castillo siguiera mandando una semana más en la DHB.

Porque tras su nueva demostración de solidez en la cancha del Barakaldo, todos están empezando a creer que el ascenso es algo más que una bonita historia. Las cuatro victorias consecutivas, la solvencia con la que ha superado un temible calendario y las sensaciones que está dejando el Prasa están empezando a ilusionar a una afición que ya mostraba claros síntomas de hastío.

Y qué mejor forma de mantener el idilio que con un triunfo ante el Adelma, que de paso serviría para estirar una semana más el liderato. Tras la victoria de hace 15 días ante el Almoradí, que sirvió para asaltar el primer puesto, el Juan Sepúlveda tiene ganas de ver de nuevo a sus nuevos ídolos en lo que se prevé como una pequeña prueba tras un arranque de extrema dificultad. Los santanderinos, herederos del balonmano cántabro tras la desaparición del histórico BM Cantabria, sólo tienen como objetivo mantener la categoría en su estreno en la DHB. Tras derrotar al Maristas en su debut (28-22), el conjunto de Eduardo Pardo lleva un mes sin ganar, después de encadenar tres derrotas y una jornada de descanso que lo han dejado en la duodécima plaza con sólo dos puntos y al borde de la zona de descenso. El ex prasista Luis Ángel García Maza en la portería y el extremo alemán Tim Bauer son las referencias de un equipo que todavía se está doliendo de la marcha a última hora de Abel Lamadrid (pretendido por el Prasa en verano) al CAI Aragón.

El triunfo no sólo mantendría al Prasa en el liderato, sino que de paso serviría para mejorar el mejor arranque vallesano en la última década. En la campaña 02-03, el cuadro pozoalbense también llegó como líder invicto -entonces con 10 puntos, por los 9 que cuenta hoy en día- a la sexta jornada, pero cayó (28-22) en la pista del Roquetas.

Todo apunta a que hoy la historia será diferente, pero por si acaso alguien se deja llevar por la euforia, una voz autorizada como Gerard Espigol ha dejado claro que "ante los grandes siempre damos la cara, pero es este tipo de partidos en el que históricamente fallamos". El aviso ya está lanzado. Sólo falta no fallar.