José Antonio Neva dejó de ser en la mañana de ayer entrenador del Pozoblanco, con el que ha roto su vinculación para enrolarse en el Puerto Real, por el que ha firmado por dos campañas. Rafa Carrasco o el ex entrenador pozoalbense José María Moreno Rosillo podrían relevarle en el cargo.

La mecha había sido prendida hace ya algún tiempo, pero la dinamita no explotó hasta la noche del lunes cuando el entrenador pidió su salida a la junta directiva, que ayer dio luz verde a su salida. Neva pidió por activa y por pasiva más refuerzos, pero la entidad vasellana, presidida por José Antonio Bravo, no estaba en disposición de atender a sus súplicas. Por ello, sorprende que la decisión haya sido adoptada ahora, cuando el equipo ha encadenado dos victorias consecutivas y hombres importante como Aguayo o Gervasio han abandonado la enfermería.

Bravo deberá buscar un sustituto, aunque reconoce que "por ahora no hemos hablado con nadie" y añade que "nosotros tenemos que buscar entrenadores que estén sin equipo y Rafael Carrasco y José María (Moreno) Rosillo no tienen".

Las causas económicas han sido el principal detonante de su marcha, pues en el club puertorrealeño el preparador chipionero triplicará su sueldo -el presente curso como secretario técnico y el próximo ejercicio como entrenador-. Neva destaca que "era una propuesta que no podía rechazar". En la Villa se reunirá con dos de los que fueron sus pupilos la pasada campaña en Los Pedroches, Pedro Curtido y Pablo Niño, que cogieron el mismo camino este verano.