El próximo fin de semana arranca la Liga júnior masculina, la reina de las competiciones de formación y cuyo comienzo alza el telón en las ligas de base. Con doce equipos inscritos -cinco de la capital y siete de la provincia- y 22 jornadas de liga regular por delante, una pregunta rodeará el desarrollo de la categoría: ¿Podrá alguien acabar con el dominio del Trompa Priego?

Porque el conjunto de la Subbética tendrá que hacer frente a un duro relevo generacional para mantener la hegemonía que se ha labrado en las dos últimas temporadas. La base de la generación comandada por Rafa Pañeda -que llevó al Trompa a los dos últimos títulos y a las semifinales del Campeonato de Andalucía- ya ha pasado a la categoría sénior, dejando un hueco que supone todo un reto para la prolífica cantera prieguense.

Con la incógnita de cómo responderán las nuevas hornadas del Trompa, el principal favorito para el título es El Carmen. El conjunto colegial -que el año pasado acarició la final, cayendo en el tercer encuentro de semifinales ante el Montilla- mantiene gran parte de ese bloque, con jugadores de segundo año que ya tienen la experiencia de jugar partidos importantes. Además, El Carmen llega con el aval de los tres últimos títulos en cadetes, suficiente para asegurar un equipo con opciones de ganar la liga y otro conjunto de segundo año plagado de jugadores de calidad y experiencia en partidos comprometidos.

El Montilla, finalista del curso pasado y campeón en 2006, también defenderá sus opciones en un torneo que en las cuatro últimas temporadas se ha visto asaltado por el dominio de los pujantes conjuntos de la provincia.

Las alternativas de la capital llegarán desde el Maristas -de nuevo vinculado al Unión-, y los dos conjuntos del Salsas Musa Ciudad de Córdoba, que tratarán de mejorar las semifinales alcanzadas la pasada campaña.

Desde el norte de la provincia llegarán las alternativas con el Peñarroya y el Pozoblanco, dos conjuntos que suelen ser peligrosos, especialmente como locales. Capaces de darle un susto a cualquiera, ambos pueden ser jueces en una liga que se presenta más abierta que en la pasada temporada, cuando desde el principio quedaron definidos los cuatro elegidos para las semifinales.

A la expectativa quedan conjuntos como Espejo, Cabra o Lucena. Los primeros llevan tiempo trabajando con la base y ya destacaron el año pasado en cadetes, por lo que ésta puede ser su temporada. El cuadro egabrense siempre es garantía de buen baloncesto, aunque le falta un escalón para estar con los mejores, mientras que Lucena vuelve a la liga varios años después como estandarte del proyecto liderado por el internacional Fran Murcia. Puede que sea demasiado pronto para medirse con los grandes de la categoría, pero servirá como experiencia.