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Se nos ha hecho mayor

  • Javi Flores subraya la “ilusión” de volver a marcar e insta a “seguir en esta línea y que el equipo vaya ganando” · Con contrato hasta 2012, estima que “lo que tengo aquí no lo voy a tener en ningún lado”

Javi Flores ya es una realidad. Quizá alguien no se había dado cuenta aún, pero la bicicleta de Chapín, traducida en el penalti a la postre decisivo, y el gol del pasado sábado, el que significó el 2-0 al Girona, colocan al canterano en la cresta de la ola. A sus 22 años, cumple su cuarta temporada en el Córdoba –sólo Pierini, con cinco, es más veterano que él en el vestuario–. Estamos hablando de un futbolista de verdad, nada de una promesa. Erradicadas las lesiones que frustraron su primera experiencia en Segunda, superada la salida del once al no cuajar como mediocentro, Javi está ofreciendo su mejor versión como mediapunta. Llegando al área, creando peligro, inventando. Y marcando. José debe ejercer de orfebre: tiene una joya.

“Se los ha comido a todos”. Esa frase, de Quique Hernández, ilustró la actuación de Javi Flores en su bautismo en El Arcángel, en un amistoso contra el Real Madrid Castilla de De la Red, Jurado y compañía. Fue el 21 de agosto de 2005, una semana antes de debutar en Segunda B frente al Villanueva. Haciendo un breve repaso a tres años que han pasado volando, el de Fátima enlaza el pasado con el rabioso presente: “Cómo va pasando la vida... Tuve la suerte de debutar ese año, pero el ascenso no pudo ser. Al año siguiente teníamos un buen bloque y lo jugué casi todo hasta que me lesioné. El año pasado fue malo por la lesión, y ahora estoy entrenándome bien, y de cinco partidos de Liga he jugado tres como titular y uno como suplente. Está bien. Hay que seguir en esta línea y que el equipo vaya ganando”.

Entre aquel 0-1 ante el Castilla y el 2-0 al Girona hay un mundo... con notas en común. A su juicio, “la posición en el campo fue igual, pero fueron partidos diferentes. Aquél fue mi primer partido en el estadio con el Córdoba. El otro día tuve menos minutos, salí al final, pero metí un gol, y aquel día no. En cuanto a las sensaciones y al ambiente, fueron parecidos”.

El minuto 74 del encuentro del sábado resiste en su retina. Concretamente, “cuando vino el balón se la quise dejar a Asen de cara, pero se me quedó arriba. Entonces sí metí el cuerpo, y al ver que el portero no me entraba amagué varias veces; cuando se tiró al suelo, eché el balón a un lado”. Gol. Y frenesí en el Fondo Norte. “Para mí era una ilusión muy grande, porque hacía mucho tiempo que no marcaba. Fue en la grada nueva y la gente de mi peña estaba allí. Faltó gente importante, como mi familia y mi novia, que no fueron al estadio por la lluvia, pero sé que me estuvieron viendo y se alegraron”, matiza.

Flores empezó el curso en el doble pivote, junto a Carpintero, hasta que perdió el sitio en beneficio de Ito. A raíz de ahí, ha explotado como enganche. Es la pregunta del millón, y él prefiere no mojarse: “Voy a jugar donde el míster lo requiera. Si me pide de mediocentro lo voy a hacer, porque ya lo he hecho este año y durante toda la pretemporada; y si me dice de mediapunta, como en los dos últimos partidos, espero seguir haciéndolo lo mejor posible. Todos queremos jugar, y yo no voy a ser menos”.

Por supuesto, le queda cuerda para rato. Como mínimo hasta 2012, cuando expira el contrato renovado el pasado ejercicio. La tierra tira, y él lo tiene claro: “Por mi parte nunca ha habido interés en salir, y tampoco me llegaron noticias de mi representante. Siempre he dicho que aquí estoy muy a gusto y me siento bastante valorado. Lo que tengo aquí no lo voy a tener en ningún lado”.

Viste de blanco y verde desde los 7 años, así que sabe de lo que habla. Y le importa. Rafael Campanero continúa sin fecha de caducidad como presidente de una sociedad anónima por la que Prasa escucha ofertas. Javi está “bastante contento por que siga al frente del club. Sobre la venta hay que entender a José Romero, porque está solo y en un club hay que poner mucho dinero. Ellos sabrán qué es lo mejor para el Córdoba. Tampoco tengo que entrar en eso, pero seguro que si lo venden será para dejarlo en las mejores manos posibles”. Mientras, el cordobesismo se rinde a sus pies.

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