Fiel a sus reencontradas señas de identidad, el Córdoba sumó un triunfo convincente ante el Nàstic para sumar el pleno de tres victorias en una semana mágica para los de José Luis Oltra.

Le costó al Córdoba coger la manija del juego, aunque los blanquiverdes mostraron intención desde el primer minuto. El dinamismo del doble pivote rival, especialmente de Madinda, complicó al equipo de Oltra a la hora de elaborar juego y las ocasiones llegaron casi siempre por la banda derecha, con un Donoso bastante activo. El Nàstic discutió la posesión del balón a los blanquiverdes, aunque su mayor peligro llegó a la contra debido a los problemas de Héctor Rodas para defender algo adelantado. Con todo, la mayor ambición del Córdoba tuvo premio con el tanto de Rodri y los de Oltra no sufrieron para irse al descanso con ventaja.

Con el marcador a favor, los de Oltra dieron un prudente paso atrás y esperaron al Nàstic en campo propio para hacer daño a la contra. Y fue precisamente en un robo donde Alfaro lanzó el golpe definitivo que culminó Rodri. De nuevo, la mejor versión del Córdoba llegó con la verticalidad. Con todo, lo mejor del equipo fue la ambición en todo momento, el ir a buscar al rival. Y eso, quizás lo más importante, sin perder la solidez atrás.