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El calor llega fuera del hogar

  • El Córdoba ha logrado sus siete puntos de la segunda vuelta en los partidos a domicilio, que se han convertido en el bálsamo a las tres derrotas consecutivas en casa. Ese 'modelo' sirvió ya para llegar a la élite con Ferrer.

Después de siete jornadas, el Córdoba sólo ha puntuado en la segunda vuelta jugando de visitante. La serie de tres partidos invicto a domicilio, con un empate y dos triunfos consecutivos, ha otorgado al equipo de José Luis Oltra los 7 puntos que lleva desde el paso por el ecuador. Un registro sensiblemente inferior al logrado durante idéntico calendario al inicio del campeonato, pero que al menos sirve a los blanquiverdes para minimizar sus últimos tropiezos en El Arcángel y mantenerlos una semana más en la pelea por el ascenso a Primera División. Eso sí, ahora desde la cuarta plaza y viendo más cerca la segunda, tras una jornada en la que sólo el Leganés también ganó entre los ocho primeros de la clasificación.

El Córdoba cerró 2015 siendo el mejor local de la competición, tras ceder apenas una derrota ante el Alcorcón y un empate con el Huesca. Pero el cambio de año le sentó fatal. Tanto que desde entonces sólo ha conseguido ganar ante su gente al Mallorca, cediendo ante el Mirandés y, ya en la segunda vuelta, el Leganés, el Zaragoza y Osasuna, cuatro equipos que, para dar más trascendencia al error, andan metidos en la misma pelea por el ascenso que los cordobesistas. Una caída libre que, para mantener el estatus de aspirante, obligaba a una reacción a domicilio que no se ha hecho esperar, al menos en cuanto a resultados, que es lo primordial en épocas de crisis.

Tras la debacle de Valladolid, uno de los partidos que Oltra siempre pone como ejemplo de lo que no se puede permitir hacer este equipo, el CCF supo dar un paso al frente en sus desplazamientos, con importantes variantes tácticas en todos ellos. Así, primero sacó un empate en Alcorcón que pudo ser todavía mejor de no mediar una serie de condicionantes, arbitrales y del juego propio; y ya luego llegaron las victorias consecutivas ante la Ponferradina y el Bilbao Athletic. En ambas citas, los blanquiverdes impusieron su superioridad en las áreas para minimizar sus problemas tanto con balón como en la estrategia y el control, sobre los que con la tranquilidad de los puntos debe seguir insistiendo.

Básicamente porque será complicado mantener el ritmo sólo con lo obtenido a domicilio. Es por eso que se antoja vital ganar el próximo domingo al Lugo (El Arcángel, 17:00), para así empezar el segundo parcial de la vuelta definitiva igualando lo hecho en la primera parte del campeonato. Y es que no se puede pasar por alto que el primer bloque de siete partidos ya ha dejado un importante déficit de seis puntos, toda vez que en el arranque del torneo el Córdoba sumó 13 puntos de 21 con cuatro victorias, un empate y la doble derrota con los conjuntos madrileños (Leganés y Alcorcón), y en este se ha tenido que conformar con los siete que ha sacado en sus tres últimos viajes.

Una serie, la actual, que transporta de forma inevitable la mente a lo ocurrido hace dos temporadas, cuando el equipo que entonces dirigía Albert Ferrer consiguió el ascenso a la máxima categoría con unos registros tan pobres como local que impresionantes como visitante. Contando las dos eliminatorias del play off ante el Murcia y Las Palmas, ambas resueltas fuera de casa, el Córdoba sólo fue capaz de ganar dos partidos de once en El Arcángel -Alcorcón y Real Madrid Castilla-, sumando siete empates y apenas otras dos derrotas. Esos guarismos fueron compensados con seis triunfos y un par de igualadas en nueve compromisos fuera, donde sólo el Sabadell fue capaz de hincarle el diente a aquel conjunto. Está claro que el andado hasta ahora en la segunda vuelta no es el camino más fácil, pero viendo los antecedentes...

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