Un punto sacó de Tenerife el Córdoba en un mal partido, marcado por la apuesta por la continuidad de Oltra. Una carta que no le salió bien al técnico blanquiverde, porque su equipo no demostró la personalidad que se le pudo ver en casa ante el Huesca. Pudiendo volver al juego de contragolpe con Florin y Markovic ya reintegrados al equipo, Oltra optó por ser ambicioso y dar continuidad a la apuesta por el juego más combinativo que propicia la presencia de Víctor Pérez. Una decisión valiente y loable, por el afán del valenciano de seguir creciendo a pesar de que los resultados estén siendo buenos. "Si no lo hago ahora que al equipo le salen las cosas, nunca será buen momento", debió pensar Oltra.

Pero lo cierto es que la apuesta salió mal y el equipo regaló la primera mitad sin jugar a lo que realmente sabe hacer y maneja mejor que todos: ceder la pelota y golpear al contragolpe.

Tras el descanso, Oltra reaccionó y el equipo se sintió más cómodo. Incluso logró adelantarse, con un guión muy parecido al de sus victorias como visitante hasta la fecha. Sin embargo, esta vez la sobriedad defensiva con la que el Córdoba suele defender sus rentas se vino abajo a cinco minutos del final. El empate se antoja justo, pero la indefinición entre lo que se quiere y lo que se sabe hacer genera dudas para el futuro inmediato.