El Córdoba de Primera, ese que está batiendo récords negativos en la categoría, cayó ayer de una manera poco vista esta temporada: siendo mejor que el rival, o al menos queriendo más la victoria y acumulando méritos para ello. Hasta el momento, la inferioridad manifiesta ante casi cualquier rival había sido la tónica dominante pero ayer el CCF degustó una derrota más amarga si cabe, porque sólo le faltó definición para conseguir al menos un punto. Esa definición es, en gran parte, la que está condenando al equipo, y sin la que no se puede vivir en una categoría tan exigente. Bastan dos datos para ilustrar la derrota de ayer y la temporada en general: el CCF tuvo 22 remates, sólo 4 dirigidos entre los tres palos, además de sacar 9 saques de esquina.

Romero quiso respetar al máxima el equipo que sacó un punto de Villarreal y apostó por el 4-2-3-1 de inicio, con Abel ayudando a Krhin en tareas de organización. La pareja de mediocentros blanquiverdes se impuso a la del Athletic -más por su desidia que por otra cosa- y el CCF acumuló ocasiones que no supo concretar.

Cuando el rival golpeó, Romero se la jugó con defensa de tres y laterales largos, acumulando hombres en ataque. De nuevo llegaron las ocasiones y de nuevo se marcharon al limbo. Y es que sin gol en esta categoría, estás muerto.