Deportes

La renovación automática ya es imposible

  • La expulsión en San Sebastián imposibilitará a Íñigo sumar los 28 duelos de la cláusula contractual

"Ahora no es momento de hablar de eso". Rodrigo Fernández, agente de Íñigo López y Juan Carlos, siempre se ha mantenido en una posición de espera hasta que se resuelva la clasificación del Córdoba. Sus dos representados acababan contrato a final de temporada, si bien el club ya movió ficha con el portero, al que renovó hace apenas un mes hasta 2017. La continuidad del central está más complicada, al menos de forma automática como recogía una cláusula de su contrato. La expulsión del riojano en Anoeta le impedirá cumplir con una de las condiciones -jugar un mínimo de 28 partidos en la temporada-, si bien la segunda, la permanencia, también parece difícil. De todas formas, no parece descabellado que el club blanquiverde trate de prolongar el vínculo de un jugador que se ha ganado el respeto del vestuario y la entidad con su profesionalidad desde el primer momento.

Íñigo López ya sonó con fuerza durante el mercado de invierno de la pasada campaña para reforzar el proyecto que buscaba el ascenso a la élite, pero la llamada del Celta retrasó su incorporación a la entidad cordobesista unos meses. Desde verano, el ex del AEK de Atenas se convirtió en fijo en los esquemas de Albert Ferrer, una condición que mantuvo luego con Miroslav Djukic y que sólo frenó una inoportuna lesión en el Camp Nou de Barcelona. Hasta ese momento, el central lo jugó todo en la Liga, es decir, 16 partidos; en Copa, sólo estuvo sentado en el banquillo de Los Cármenes, aunque ni en ese primer partido de la eliminatoria de dieciseisavos ni en la vuelta saltó al verde.

Pero la trayectoria del riojano se frustró por una lesión muscular mediado el segundo acto ante el líder de la Liga. El percance, que en un principio parecía para tres semanas, se prolongó en el tiempo hasta el duelo ante el Getafe, el último hasta la fecha que acogió El Arcángel. Desde ese día, su margen de error para cumplir con la primera de las premisas de su cláusula contractual quedó reducido al mínimo, pues con 13 jornadas por delante sólo podía perderse una.

Y esa fue ya en La Rosaleda de Málaga, porque ante el conjunto azulón vio la quinta amarilla de su primer ciclo, lo que le acarreó un partido de sanción. En Anoeta, volvió ya sin esa escasa red de protección, pero terminó expulsado por doble amonestación; la primera, por protestar a Velasco Carballo una falta a Borja García en el origen del 2-1 y la segunda por una clara falta a Agirretxe desentendiéndose del balón. El Comité de Competición lo castigará mañana con un encuentro, por lo que es baja segura ante el Atlético de Madrid, en el partido que arrancará el mes de abril en clave blanquiverde el sábado 4 (El Arcángel, 18:00).

De esta forma, con 18 partidos ya disputados y diez por jugar, Íñigo López sólo puede alcanzar un tope de 27 en caso de seguir contando para José Antonio Romero. Sin esa condición, y teniendo en cuenta la dificultad que entraña que el Córdoba pueda conseguir la permanencia -el otro punto de la cláusula-, su continuidad en el equipo a partir del próximo verano quedaría en manos de una nueva negociación que no sería descartable por parte del club. El jugador ya descartó ofertas para salir a otros clubes españoles y extranjeros en el mercado de invierno, demostrando un compromiso fuera del campo tan grande como el que ha venido mostrando en todas sus intervenciones.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios