"Me gusta que los planes salgan bien", debió pensar Djukic al término del partido de ayer. El serbio ya lo avanzó en la previa: su equipo iba a Vallecas a plantear un partido de mucho trabajo defensivo y a la caza de un contragolpe mortal. Y el guión del partido calcó paso por paso lo ensayado por el técnico balcánico durante la semana.

Sabedor de que el Rayo Vallecano es un equipo en ocasiones suicida si no encuentra la vía de hacer gol, el paso de los minutos jugaba a favor del Córdoba. El técnico plantó a su equipo con dos férreas líneas defensivas y dejó en punta a un batallador Florin que fue el primero en sacrificarse por el bien del conjunto.

Más allá de la fortuna en el gol, el CCF exhibió ayer una riqueza táctica nada desdeñable, con el 4-2-3-1 como base inamovible pero muy adaptable según la situación de cada encuentro. El fuelle tejido entre la defensa y el centro del campo funcionó a la perfección a la hora de cerrar espacios. El buen despliegue táctico provocó con el paso de los minutos los errores del conjunto local y en una de esas llegó el gol que reforzó más aún el trabajo del equipo.

El CCF cada vez se parece más a lo que quiere su técnico: un equipo aguerrido que sepa manejar el balón y sea valiente cuando la ocasión lo requiera pero sobre todo que se deje el alma en el campo.