La diferencia entre el Barcelona y el Córdoba es abismal en todos los aspectos, incluyendo a sus dos estrellas. No se puede comparar en la vida a Fede Cartabia con Messi, dos estrellas de polos opuestos. Los dos son los magos de sus equipos, pero las distancias entre los dos jugadores son abismales. El de Bombal es clave en el engranaje ofensivo blanquiverde, un jugador indiscutible. Su juventud le hace pecar de individualista en excesivos ocasiones, pero ayer no estuvo fino. En su regreso al once titular, Djukic lo dejó en el banquillo de inicio ante el Levante en la anterior cita-, el mediapunta argentino se colocó en su posición habitual, en el extremo derecho por delante de Campabadal.

Pronto vio Fede Cartabia cómo el Barcelona se adelantaba en el marcador. El gol de Pedro fue un jarro de agua fría para el conjunto de Miroslav Djukic. Con el 1-0 en contra desde casi saltar al terreno de juego, los planes se complicaron, ya que arriba Ghilas peleaba solo. El de Bombal pecó de individualista y no estuvo certero en los metros finales, aunque fue siempre el encargado de sacar todas las faltas cercanas al área de Bravo. No sirvió de nada, porque ayer el 10 cordobesista no tuvo su día. En defensa, no aportó nada. Jordi Alba subió su banda y nadie le puso freno, quizás Cartabia debería echarle un mano a Campabadal en este aspecto. Sin embargo, éste no defendió nada y arriba se complicaba en exceso. Quiso rizar el rizo y no vio nunca la acción más fácil, pero eso fue el afán por sobresalir por encima del resto y anotar un posible gol en un campo cinco estrellas como el Camp Nou.

No lo hizo, a pesar de que gozó en la primera parte de una ocasión muy clara. El argentino se metió por el costado izquierdo en el área de Bravo y éste lanzó al lateral de la red de la portería del chileno cuando la mejor opción era el pase hacia atrás. En la segunda parte, tuvo una acción similar, estrellando una vez más el esférico en el lateral de la red azulgrana. Incluso se temió lo peor cuando Iniesta le golpeó en el mentón con su rodilla. Tras estar tocado la semana por una luxación de mandíbula, el de Bombal se quejó, aunque no pasó a mayores la acción con el centrocampista manchego del Barcelona.

En el lado contrario, Messi brilló como acostumbra. Ayer no estuvo muy cómodo en la primera mitad, ya que tuvo que bajar demasiado al centro del campo para intentar crear ocasiones de peligro. El crack argentino lo intentó por todos los extremos, pero se topó con la maraña de jugadores cordobesistas.

Todo cambió en la segunda parte cuando Luis Suárez amplió la renta y puso tierra de por medio con el segundo gol local. Entonces aparecieron los huecos y ahí Messi se creció en su juego. El azulgrana quería marcar su gol para seguir la estela de Cristiano Ronaldo en su lucha por el pichichi y éste al final lo consiguió en la recta final del encuentro. Cuando Piqué anotó el tercer tanto local, el CCF bajó los brazos y eso lo aprovechó el 10 blaugrana para poner su sello. El primero fue de listos, estuvo donde debe estar un delantero. Un balón en el área le llegó a él y éste no dudó en batir a Juan Carlos. En el descuento, un centro de Jordi Alba, que tocó en Crespo, lo bajó con un gran toque Messi, batiendo de nuevo al meta cordobesista. Doblete a un CCF que no encontró a su estrella en Barcelona.