La última vez que el CCF apareció por Valencia, los blanquiverdes penaban su gloria en Tercera División. Era la temporada 84-85 y el filial ché, el Mestalla, se cruzó en el camino en busca de una plaza en Segunda B que finalmente correspondió al cuadro cordobesista. El estadio se llamaba entonces Luis Casanova y acababa de ser una de las sedes del Mundial de España'82. Empezaba a fraguarse la leyenda de Manolo y su bombo como compañeros inseparables de la selección española. Un mundo, el de la élite, que se veía lejísimos para el cordobesismo, que ahora saborea como pocos el regalo que tiene para su disfrute, al menos, para los próximos ocho meses.

Quizás por eso, a pesar de ser jueves y tener que devorar casi 8 horas de viajes en autocar, más de un centenar de cordobesistas se dieron cita en el estadio de la Avenida de Aragón. No hubo ni mucho menos un desembarco como el del Bernabéu, pues aquello era el estreno, en pleno agosto, y las ansias y el tirón del Real Madrid eran muy diferentes. Tampoco se alcanzó el número de Almería, un desplazamiento mucho más cercano y ya en albores del fin de semana. Pero parece que habrá que acostumbrarse porque éste ya es el tercer partido que el CCF juega en día laborable y la siguiente salida será el próximo viernes 3 de octubre en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe.

Los aficionados que pudieron estar en Valencia pudieron ver por los aledaños del estadio a uno de los grandes ídolos que el cordobesismo ha tenido en la última etapa: Javi Moreno. El Búfalo trata ahora de abrirse camino como entrenador y ya ha dado sus primeros exitosos pasos en el Utiel, al que el pasado curso salvó del descenso a Regional. Casualidades del destino, esa fue la última parada que el AVE que traía a la expedición cordobesista realizó antes de entrar en la Estación Joaquín Sorolla de la capital del Turia. Por cierto, que el exjugador aprovechó la visita a su ciudad del equipo para saludar a algunos de los compañeros que aún quedan de su etapa: Luis Carrión, Esaú Sánchez, Jorge Ramírez, Pepillo…

Allí, como suele ocurrir a menudo y para sorpresa de más de uno, los jugadores y el cuerpo técnico se encontraron con un peculiar recibimiento a su llegada, ya con el mediodía y el hambre acechando. Sobre todo el uruguayo Adrián Gunino, que fue recibido con una pancarta de un seguidor sobre la que tuvo que dejar su rúbrica.

Una firma que en Valencia esperan que llegue pronto es la de Peter Lim. La negociación con Bankia, vital para la supervivencia del club ché y, fundamentalmente, para este súper proyecto de estrellas rutilantes, no termina de cerrarse y todo lo bien que suena la clasificación del equipo se pierde en estos temas extradeportivos que, por desgracia, también conocen de primera mano en las tierras levantinas. Los aficionados, por cierto, ya dejaron claro de parte de quién están, con una serie de cánticos en los aledaños de Mestalla en la previa del encuentro.

Como dato, decir que Mestalla casi pobló los 55.000 asientos de los que dispone. Hay ganas de hacer algo grande tras varias campañas marcadas más por el desencanto que por los éxitos. No hay nada como empezar bien para levantar el ánimo de una afición siempre presente. Como la cordobesista, que disfrutó de lo lindo en su regreso a un campo espectacular tras su lavado de cara. Un campo como le corresponde a la Primera División.