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Silencio y muchos huecos en el día más esperado para el filial blanquiverde

  • Poco más de 400 espectadores acuden a El Arcángel en el debut de los de Puche en Segunda B

Si hace dos meses El Arcángel acogió a más de 10.000 espectadores para ver al Córdoba B frente a su homólogo del Granada en el play off de ascenso a Segunda B, ayer el estadio se vistió de gala para ver al filial blanquiverde jugar su primer partido en la categoría de bronce.

El equipo entrenado por Puche se convirtió así en el cuarto de la provincia en debutar en la división por detrás de su hermano mayor, el Lucena y el Villanueva. Toda una hazaña, pues hace escasamente siete años, era el primer equipo cordobesista el que vagaba por la categoría.

El encuentro frente al Melilla había levantado una enorme expectación entre la masa social. Sin embargo, la Preferencia Baja de El Arcángel albergó a unos 400 aficionados que ansiaban ver alguna buena jugada para darle una palmadita en la espalda al B.

Hasta el más mínimo control de los jugadores podía ser escuchado en cualquier rincón del estadio. Todas las indicaciones desde el banquillo y alguna que otra riña eran vox populi. Imposible mantener un secreto.

Aún así, y a pesar del silencioso ambiente que rodeó el partido, los seguidores fueron haciéndose partícipes del juego. Jalearon el tanto de Rafa Gálvez, callaron ante los goles melillenses, se asombraron ante un detalle de calidad y se enervaron ante la marrullería norteafricana .

Ya lo dijo el propio Puche: "El equipo consiguió abrir el año pasado un filón con la afición. Nuestro deber es mantenerlo". En tres semanas se verá si lo logran.

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