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Un día para la gloria

  • Ocasión El Ars quiere sellar su ascenso a la Asobal en su primer 'match ball' ante un Adelma que persigue el mismo sueño No falla El Pandero estará a reventar en un partido para la historia

Esta tarde se para el mundo en Palma del Río. Desde las 18:00 -aunque la fiesta comenzará mucho antes- y durante alrededor de 90 minutos, todo lo que no sea balonmano pasará a un segundo plano. Por unos momentos, en la localidad de la Vega del Guadalquivir dará igual el paro, la crisis o el adiós de Guardiola... Todos se unirán en torno al Ars. La oportunidad lo merece. El conjunto palmeño afronta ante su público su primera final por el ascenso. La Asobal, la considerada por todos como la mejor liga del mundo, está a sólo un paso. Ganar al Adelma Sinfín cántabro es el requisito inexcusable. Pero no será fácil, ya que los montañeses persiguen el mismo sueño a escasas tres jornadas para la conclusión del campeonato. La ventaja local son los tres puntos de renta que tiene y que le dan, incluso, un margen de error que no puede permitirse su rival. Aun así, nadie quiere esperar. Hoy es el día elegido para que el Ars y Palma del Río se coloquen en el mapa del deporte nacional. Y nada va a fallar.

No puede fallar un equipo que, bajo la batuta de César Montes, ha demostrado durante la temporada ser el mejor de la División de Honor B. Sólo el filial del Barcelona, que anda en otra pelea a pesar de mandar en la tabla, le ha tosido a los palmeños. El Ars ha sabido lidiar con los ligeros baches que han salpicado su andadura en el torneo para salir más reforzado que nadie en un curso en el que al final todo le ha venido de cara... Entre otras cosas porque lo ha buscado. Superado un inicio de Liga titubeante, el conjunto de la Vega fue madurando para llegar a los momentos cumbres del ejercicio en mejor disposición que sus rivales por un objetivo que al inicio no entraba en sus cálculos. De esta manera, aprovechó la desaparición del recién descendido Toledo por sus problemas económicos para poner la directa hacia la Asobal en una carretera con innumerables curvas que hoy deben acabar en la puerta de casa.

Un hogar que hoy llevará en volandas a los suyos. El Pandero es y será siempre el mejor aliado de un equipo inexpugnable ante su ferviente afición, que hoy llenará a reventar un pabellón ansioso de disfrutar de una tarde de leyenda. El papel está agotado, a falta de un puñado de entradas que por ley deben ponerse a la venta el mismo día del partido. Queda claro que la hinchada tampoco quiere fallar. Como no lo ha hecho en todo el año. De hecho, las estadísticas sonríen a los palmeños, que sólo han cedido tres puntos -derrota ante el líder Barcelona (23-32) y empate sobre la bocina con el Cangas (26-26)- como locales. Y eso es algo que no puede pasar desapercibido ante un partido como éste en el que Montes tiene a todos sus hombres disponibles. Porque nadie quiere faltar a una cita que debe servir para escribir una nueva página de oro para una entidad en continuo crecimiento.

Todos esos datos son tenidos en cuenta por el Adelma, el tercero en discordia. El cuadro santanderino, más veterano en estas lides por la experiencia de varios de sus hombres claves, vive también ilusionado la posibilidad que se le presenta. Tiene ante sí la oportunidad de recuperar para Cantabria el balonmano de elite, perdido desde la extinción del histórico Teka. Pero su problema es que no depende de sí mismo. Con seis puntos en el aire, tiene que recortar tres al Ars. Para ello, Rodrigo Reñones cuenta con todo su arsenal, incluido el internacional cubano Noris, que sale de una lesión, pero se vestirá de corto. Pero ni siquiera eso asusta a un pueblo que hoy tiene una cita con la historia. La Asobal espera al otro lado de la esquina. Y hacia ella va lanzada todo Palma del Río.

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