El Pozoblanco, que sumó su cuarta jornada sin perder, se aleja de la zona peligrosa con su victoria ante la Peña Rociera, que se presentó en el Municipal sin cinco de sus titulares.

Gobernó en el primer tiempo el Pozoblanco, que salió con la estridente agitación de una corneta atacando a una velocidad de vértigo. Tuvo hasta seis claras ocasiones para hacer gol. Las desaprovechó con una falta de puntería inquietante. Ni con la portería vacía marcaban los pozoalbenses, pues Isidro perdonó hasta después de regatear al portero. La Rociera solo tuvo una en el primer acto y la metió en una jugada sensacional de Vázquez y que culminó Villalón. Nadie creía que al descanso fueran ganando el conjunto nazareno.

La segunda parte fue muy diferente, ya que al primer minuto empató el Pozoblanco en un cabezazo de Almodóvar a la salida de un córner. Cinco minutos después volteaba el partido con un golazo de Isidro en una pared perfecta con Pedro. Después de ese gol, el equipo sevillano tomó la pelota a su cargo, aunque con poco oficio. El Pozoblanco se asustó y valló su campo con muchos hombres. No se vio nada, ya que los nazarenos solo lo intentaban al pelotazo. A la contra, el Pozoblanco siguió teniendo ocasiones: Pedro fallaba a puerta vacía, Manu Leal se estrellaba con los palos y al final se llegó con el Pozoblanco suplicando la hora. Cuando el partido agonizaba, el asistente anuló un gol a la Rociera por posible fuera de juego del capitán Manolo. Minutos después pedían manos dentro del área. Con este panorama, la mejor noticia fue el pitido final.