Era el derbi más desigual de la historia y el Ars se encargó de que el guión no sufriera ninguna alteración en la pista. El equipo palmeño no tuvo piedad del Pozoblanco, al que aplastó, doblándolo en el marcador, para encadenar su décima victoria seguida y mantenerse en la plaza de ascenso directo a la Liga Asobal, con tres puntos más que su más inmediato perseguidor, un Cangas que tampoco sufrió para batir al Novas (32-20). El conjunto vallesano, a la espera de conseguir algún fichaje que le permita pelear con más garantías de éxito, sigue sufriendo como colista.

Desde los primeros minutos de partido, el Ars puso tierra de por medio. En los primeros compases los palmeños ya ganaban por 5-1, con un gran Manu López bajo los palos, y un efectivo Vermirovsky en el lanzamiento exterior. Magí Serra era consciente de lo que se le venía encima a su equipo y trató de cambiar la dinámica con un tiempo muerto y un posterior relevo en la portería. Pero nada podía frenar al vendaval palmeño, superior incluso en inferioridad numérica. De ahí la clarísima ventaja con la que se llegó al intermedio (20-10).

El paso por los vestuarios no sirvió para que el Pozoblanco solventara sus graves problemas. Sustentado en una buenísima defensa y con Ramón Fuentes mejorando las prestaciones de Manu López en la portería, el Ars machacó a su rival con continuos contragolpes firmados por Zamora y Andrés Ortiz. El cuadro vallesano se mantenía con el lanzamiento exterior de Xiscu Asensio. Pero eso no era argumento suficiente para frenar a los locales, lanzados por una afición enloquecida que disfrutaba como pocas veces antes. Es lo que tiene una inercia ganadora que parece imparable, y que conduce inexorablemente a la máxima categoría.

Tal era la enorme superioridad del equipo de César Montes que ya en el tramo final los jugadores visitantes perdieron los nervios y tuvieron un par de acciones antideportivas que acabaron con las expulsiones por tarjeta roja de Dídac Villar y Álex González.