Colista con sólo tres puntos en once jornadas, inmerso en una reconstrucción sobre la marcha que aún no ha dado resultados y apelando a la paciencia y el trabajo como único consuelo, las opciones del Pozoblanco de lograr la permanencia se basan en creer en un milagro que no se produce en la categoría desde hace 10 años.

Porque por el momento, el equipo de Magí Serra sólo ha sido capaz de ganar al Teucro (29-28) y de sacar un empate ante el Bidasoa (28-28). Los otros nueve partidos, incluidos todos los disputados lejos del Juan Sepúlveda, se saldan por derrotas. Esos marcadores dejan al cuadro vallesano colista con sólo tres puntos, por detrás del Badajoz (cuatro) y el Novas (cinco), aunque con el dato positivo de que la salvación -que ahora marca el Alcobendas con seis- está a sólo tres puntos.

El problema es que los precedentes no juegan a favor del Pozoblanco. Desde la temporada 00-01, todos los equipos que llegaron a la undécima jornada -ya metidos en el segundo tercio de competición- con tres puntos o menos acabaron descendiendo. Todos menos uno, el Chapela gallego, que esa misma campaña logró la salvación en una gesta para la que tuvo que jugar con todos los elementos a su favor.

El equipo pontevedrés también llegó entonces con tres puntos a estas alturas de liga y todas las papeletas para bajar a Primera Nacional. Había encadenado seis derrotas consecutivas y aún perdió dos partidos más hasta llegar a la jornada 13. Pero a partir de ahí comenzó una nueva liga con dos premisas claras: hacerse fuerte en casa y sumar aunque fuese a base de empates. Con ese plan sobre la mesa, el Chapela logró cinco victorias y dos empates en casa, perdiendo sólo dos de los nueve partidos que le quedaban en casa. Fuera mantuvo el tipo y sumó un triunfo y tres empates, cinco puntos que le vinieron de lujo para lograr una permanencia que también tiene otros matices.

Porque el Chapela se salvó con 19 puntos, la permanencia más barata de la última década. Por debajo quedaron el Tersa (10 puntos), Arrate (17) y Gijón (18). Sólo en la temporada 09-10, cuando bajaron el Cajasur y el Ximénez, el Almoradí igualó la salvación con 19 puntos en una categoría en la que la esperanza siempre se ha comenzado a negociar a partir de los 21. Si el Pozoblanco lo logra, el milagro se habrá repetido.