Ha llegado sin hacer ruido, callado, dejando que su exquisita zurda hable por él. Y sólo ha necesitado cinco partidos para descubrirse al mundo, para dar la razón a todos los que un día vieron en él un diamante por pulir. Este cordobés del Guadalquivir es el motor que ha elegido Paco Jémez para hacer funcionar su segundo proyecto en el Córdoba. El termómetro que marca la temperatura de un equipo que ahora mismo está en plena ebullición. El domingo, en el derbi ante el Xerez, el conjunto blanquiverde firmó su actuación más completa. La coral estuvo, como hasta la fecha, dirigida desde el centro por un joven de apenas 22 años que parece que lleva toda una vida jugando a esto. Hay quien lo compara con Movilla o Cambiasso, por aquello del look. Pero él es Javi Hervás, un jugador "humilde y trabajador" que está cumpliendo su sueño de niño. Un cuento de hadas del que no quiere despertarse. Fútbol y ganas tiene de sobra para aferrarse a esta historia de la que apenas se han escrito unos capítulos.

-El Córdoba es sexto en la clasificación, por tanto está en zona play off, y da espectáculo con su juego. Todo suena muy bien.

-La verdad es que suena bonito y hace que la gente se ilusione, pero nosotros tenemos que seguir trabajando igual, partido a partido y yendo a por los tres puntos de cada jornada.

-Lo cierto es que el inicio de temporada está sorprendiendo a propios y extraños.

-Es un poco inesperado porque ganar tres partidos seguidos y de la forma como lo estamos haciendo era algo complicado, sobre todo también viendo el presupuesto. Pero confiamos en nosotros desde el inicio y esta es la línea a seguir, la forma de la que quiere el míster que juguemos. Tenemos que seguir de la misma manera porque seguro que así vendrán mejores resultados.

-Esto no ha hecho nada más que empezar, pero la ilusión en la afición es enorme.

-Nos están saliendo bastante bien las cosas y estamos creando esa ilusión que es la que queríamos. Queremos que la gente se divierta para que cada vez sean más los que vengan a vernos al estadio, pues eso nos dará más fuerzas.

-Da gusto ver jugar a este equipo. Valiente, descarado, siempre al ataque...

-Eso es fruto de la confianza al ver que las cosas nos están saliendo bien y, además, es lo que nos pide el míster. Paco tiene mucha confianza en nosotros y eso nos hace disfrutar.

-Lo bueno es que cuando no ha podido hacer su fútbol, el Córdoba también ha demostrado madurez para salir adelante.

-Nosotros vamos a intentar jugar siempre igual, pero sabemos que el contrario también juega y a veces no nos dejará hacer nuestro juego. Hasta ahora hemos tenido la suerte de ganar partidos en los que no hemos estado acertados, lo que nos ha dado moral y confianza para seguir progresando.

-"No queremos ser sextos, queremos ser primeros", fue el mensaje de Paco tras ganar al Xerez. La ambición es máxima.

-Nuestro principal objetivo es ir partido a partido, dando lo máximo, para poquito a poco estar más arriba. Estar sextos está bien, pero tenemos que ser ambiciosos y mirar hacia arriba.

-Parece que el míster ha contagiado al grupo su inconformismo.

-En ese sentido somos un equipo compacto. Sabemos que tenemos que trabajar cada uno para sí mismo, pero sobre todo por el bien del grupo. Ese optimismo nos lo ha contagiado él.

-Paco ha demostrado que confía mucho en usted.

-Desde el primer partido de Liga ha confiado en mí y, por el momento, me están saliendo las cosas bien y voy cogiendo más confianza. Pero esto no ha hecho más que empezar y hay que seguir creciendo día a día, aunque no puedo esconder que con lo hecho hasta ahora estoy muy contento.

-Tras el debut con el Almería dijo de usted que tenía que creérselo, que tenía que pensar ya como jugador de Segunda División. ¿Se lo cree ya?

-(Risas) Esas palabras me ayudaron mucho, pero sé que tengo que seguir igual de humilde y trabajador. Con el paso de los partidos te vas haciendo más y vas teniendo más confianza, algo que luego ayuda a que las cosas salgan mejor.

-Imagino que en esta buena etapa que está atravesando también habrá tenido mucho que ver el anterior entrenador, Lucas Alcaraz. El año pasado le hizo debutar y le dio más de un consejo para seguir creciendo.

-Lucas fue el que me dio la alternativa y me subió a trabajar con el primer equipo, y esos entrenamientos me sirvieron para coger mucha experiencia y un ritmo que es el que he mantenido este año con el míster. Además, me puso a dieta y yo me puse más fino. Lucas me ayudó mucho en este aspecto y ahora Paco me está dando mucha confianza.

-Por cierto, qué diferente es el juego actual al de la temporada pasada. Ahora se nota que se divierten más en el campo.

-El juego va en función del entrenador, cada uno tiene su estilo. Lucas tenía una forma de jugar y Paco tiene otra, pero ambas son respetables. Pero está claro que como futbolista disfrutas más teniendo la pelota y creando ocasiones, algo que también le gusta más a los aficionados.

-Pero centrémonos en el presente. De momento usted ha sido titular los cinco partidos y el sábado marcó su primer gol.

-En algunos partidos anteriores ya había tenido alguna ocasión, pero no entró, aunque lo verdaderamente importante es que el equipo gane. Yo tengo claro que tengo que seguir igual y, si tienen que venir más goles, ya vendrán; si no, pues que el equipo gane y siga jugando bien, que es lo que importa.

-¿Qué se le pasó por la cabeza cuando el balón superó a Doblas y besó las redes? ¿Se acordó de alguien en particular?

-Intenté acordarme, pero se me pasaron tantas cosas por la cabeza que al final no supe qué pensar. Se lo dediqué a mi familia, a mis amigos, a todos los que me han ayudado a llegar donde estoy hoy. Estaba muy contento, pero no sabía en quién pensar.

-Su carrera no ha sido nada fácil. Tuvo que salir del CCF para foguearse en el Montilla, en Primera Andaluza, y luego pasó dos años en el filial hasta que Alcaraz tiró de usted y Paco le dio galones. De esas experiencias también se aprende.

-Por supuesto que sí. Después de mucho tiempo trabajando y de todo lo que he sufrido, de tantas horas dedicadas a esto, por fin he visto realizado el sueño que siempre he tenido: jugar en el primer equipo del Córdoba. Aquel año en el Montilla me sirvió mucho, pues cogí mucha experiencia jugando con gente veterana que estaba allí, y las dos temporadas en el filial también me han ayudado muchísimo. Ahora espero seguir aprovechando la oportunidad que tengo y que todo siga así de bien.

-Ha llegado para quedarse. Tiene dos años más de contrato, pero todos le auguran un futuro enorme.

-Renové este año porque mi objetivo principal siempre ha sido estar en el Córdoba. Yo creía que tenía posibilidades de estar en el primer equipo y jugar, aunque es cierto que estaba la opción de jugar con el B si no tenía sitio. Estoy muy contento con la situación personal y deportiva que estoy viviendo. No puedo pedir más.

-Por ahora es indiscutible en el doble pivote. Ha jugado junto a Alberto Aguilar y López Garai, dos veteranos que le estarán ayudando mucho, pero ¿con cuál se queda?

-Lo primero que tengo que decir es que indiscutible no hay nadie, quizás sólo Messi o Cristiano. Yo estoy muy contento porque estoy jugando y me da igual quien esté a mi lado porque sé que cualquiera lo hará siempre bien. Ellos tratan de ayudarme antes del partido, te dicen cómo tienes que colocarte, cómo tienes que situarte, y siempre están animándote.

-La siguiente parada se llama Huesca, un lugar de hermosos recuerdos para el cordobesismo tras el ascenso de 2007.

-Aquello hoy sólo es un bonito recuerdo, pero nosotros tenemos que seguir en la línea que estamos e ir a por los tres puntos el sábado, tratando de jugar igual que lo estamos haciendo en El Arcángel. Ganar en Huesca sería dar un paso importante y acercarnos un poco más a esos 50 puntos que necesitamos para lograr la permanencia. Nosotros tenemos que ir partido a partido, pero siempre siendo ambiciosos. Tenemos que centrarnos en el día a día y no pensar qué pasará en diciembre o en enero.

-Haga memoria. ¿Dónde estaba aquel 24 de junio, cuando el equipo ascendió en El Alcoraz?

-Estaba de vacaciones en Málaga y lo vi en un bar al lado de la playa, con más gente de Córdoba. Ese ascenso fue algo ilusionante porque en esos dos años de Segunda B se sufrió bastante.

-¿Sueña con repetir un momento así como jugador del Córdoba?

-Para mí, poder estar ya en el primer equipo es un sueño. Poder ascender sería algo muy grande, no sólo para los jugadores, sino también para los aficionados y todo el cordobesismo en general.

-Quizás pueda ser este año.

-Pues sí. Por qué no pensar que se puede conseguir. Este club ha demostrado históricamente que da siempre la cara cuando las cosas parecen más difíciles. Parece que cuando las cosas van mal hay más motivación, la afición y los jugadores se vuelcan más y todo funciona mejor.