El Instituto de Estudios Sociales Avanzados de Andalucía, dependiente del CSIC, ha replanteado formalmente su proyecto para la nueva sede que pretende levantar en el mercado del Alcázar con el objetivo de que supere el control de la Consejería de Cultura de la Junta, que ya tumbó el primero de los proyectos planteados para la zona por su impacto en el entorno. El consejo rector de la Gerencia de Urbanismo volverá a estudiar la innovación del PGOU y del Plan del Casco que es precisa con el objetivo de que esta vez no tope con la Administración autonómica. El cambio permitirá dedicar toda la planta sótano del futuro edificio para un equipamiento vecinal, que ha sido demandado por los vecinos del barrio.

El primer proyecto que diseñó el IESA y que tramitó Urbanismo planteaba la creación de un edificio de cuatro plantas. Cultura aseguró que eso duplicaba la norma general para la zona, dos plantas, y alertaba de riesgos de que la muralla anexa quedara oculta ante un edificio de este porte.

El nuevo diseño, según el informe de Urbanismo, plantea que se adose un cuerpo de tres plantas a las parcelas existentes ampliando la zona de uso peatonal, que en el primero de los proyectos eran meros pasillos. En materia de altura, se establece una altura máxima de dos plantas en la zona de contacto con las medianeras más bajas, las del Alcázar Viejo, mientras que la zona de contacto con los edificios de Doctor Fleming es de tres plantas. El objetivo es ocultar las medianeras.

La innovación prevé también mantener todas las cautelas relativas a la protección visual de la muralla medieval anexa. Sin embargo, se le pretende conceder la calificación de edificio singular ante las necesidades de implantación (será la sede de un organismo sociológico), que le permitirá incluso realizar una solución estética sin tener que atenerse a las reglas que es preciso seguir en el Casco Histórico. De los 1.200 metros cuadrados de la parcela, el informe municipal asegura que 780 se dedicarán al edificio, un equipamiento genérico, mientras que 462 se convierten en área libre de disfrute cívico.

Una de las medidas que se van a adoptar para reducir el impacto visual del edificio es bajar la cota del terreno en torno a metro y medio eliminando el relleno y volviendo al régimen de alturas que siempre existió en la zona. La razón de ese hundimiento es que las tres plantas de la zona más alta del futuro edificio serían en realidad dos plantas y media. "No se produciría una disonancia formal en comparación con la ordenación prevista", dice el informe del departamento municipal de Planificación.