Exquisitos para unos, no tan del gusto de otros. Así son los caracoles, un plato típico de la gastronomía cordobesa que, desde el pasado mes de marzo y hasta el próximo mes de junio, se puede degustar en más de los 30 puestos ambulantes situados en distintos puntos de la capital. Pero ayer fue el día grande de esta receta calificada como "única" por su forma de guisarlos , debido a la celebración de la primera Caracolada en la Plaza de Matías Prats, situada junto al centro comercial Zoco. Gracias a esta iniciativa, promovida por el Ayuntamiento junto a la Asociación de Caracoleros Cordobeses, fueron miles los ciudadanos que pudieron degustar -de forma gratuita- los mejores caracoles guisados de la ciudad.

A la cita tampoco quisieron faltar representantes políticos como el alcalde, Andrés Ocaña; la teniente alcalde de Presidencia, Rosa Candelario; o la concejal popular Rosario Alarcón. Ninguno de ellos se pudo resistir a la tentación de probar una de las 7.500 tazas preparadas por una representación de los 25 puestos que hay repartidos por Córdoba. La concejala de Comercio, María Ángeles Luna (PSOE), destacó el éxito rotundo de esta primera convocatoria, cuya meta para el Ayuntamiento es que pase a engrosar en los próximas años las páginas del libro Guinness de los Récords, así como que sea una aportación a la Candidatura de Córdoba a la Capitalidad Cultural Europea 2016. "Nuestro principal objetivo es que los cordobeses disfruten de este plato de temporada que es tan nuestro y que cada año elaboran en los puestos con todo el cariño y la dedicación del mundo", explicó Luna. Y es que esta actividad genera cada año unos 200 puestos de trabajo durante el período de apertura de estos negocios.

Entre las personas que asistieron a esta gran caracolada se encontraban desde abuelos hasta niños, que entre sus manos sujetaban el rico manjar. Todos ellos se situaban junto a los contenedores y a las papeleras para tirar los cascarones de los exquisitos moluscos. Francisco García fue uno de los cordobeses que se acercaron hasta la plaza del Zoco para degustar su plato preferido. "Me encantan los caracoles, y la verdad que cada año estoy a la espera de que abran los puestos ambulantes para disfrutar junto a mi familia de una taza acompañada de una cerveza fresca", explica. Junto a él su nieto, Alberto, también se afana en sacar del cascaron su preciado tesoro. "Están muy ricos, aunque a veces pican un poco", dice el pequeño. Ahora toca esperar un año más para conocer si la iniciativa se va consolidando y si definitivamente obtiene las metas marcadas.

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