El ex director provincial de Sevillana Endesa, Alfredo Rodríguez, declaró ayer como testigo en el juicio contra un operario de la empresa como supuesto responsable de un incendio que arrasó unas 300 hectáreas en el verano de 2004. Rodríguez defendió la labor llevada a cabo por el trabajador y dijo que la red eléctrica fue revisada cinco meses antes del siniestro; aseguró, además, que las llamas no se debieron a un chispazo de la red eléctrica, sino que el poste que se considera el origen de las llamas "se rompió por el propio fuego".

El incendio, que se declaró el 31 de julio de 2004, se mantuvo vivo cuatro días y afectó a vecinos de tres localidades (Villaharta, Espiel y Pozoblanco). Según el informe provisional de acusación del fiscal -que solicita ocho meses de prisión- el fuego se originó como consecuencia de un cortocircuito en la línea. El informe pericial aportado por la compañía eléctrica niega esta tesis y sitúa el foco original en un punto "alejado" de las instalaciones eléctricas, en el límite entre las instalaciones de Endesa y la red de los particulares.

El Ministerio Público asegura que el incidente se debió a un cortocircuito de unos cables de la línea eléctrica debido a la "falta de mantenimiento y conservación, cuyo responsable era el acusado. Esto provocó unos chispazos que prendieron fuego al poste de madera, que comenzó a arder en la parte alta; al caer la madera al suelo, prendió el pastizal, por lo que las llamas se propagaron rápidamente hasta llegar a la magnitud de incendio forestal "con grave riesgo para las personas y viviendas". Las llamas fueron sofocadas a las 19:20 del 3 de agosto de 2004 y para su extinción se pusieron en marcha numerosos medios del Plan Infoca, lo que generó unos gastos de 114.064 euros. El fuego arrasó 267,97 hectáreas, de las que 115,87 fueron terreno forestal o monte.