Servicios sociales

Una década de servicios y de promoción personal

  • La Fundación Proyecto Don Bosco cumple sus primeros diez años de trabajo, del que se benefician más de un millar de jóvenes gracias al desarrollo de 22 proyectos

Comenzaron su andadura con dos proyectos, uno en el barrio de las Palmeras y otro que consistió en la creación de una casa de acogida para menores, y, ahora diez años después, la Fundación Proyecto Don Bosco dirige 22 iniciativas, cuenta con 70 trabajadores y más de un millar de personas se benefician de su trabajo.

La Congregación Salesiana y los grupos de la Familia Salesiana son los responsables de esta fundación que dirige desde 2005 Ignacio Vázquez de la Torre y que tiene su base de operaciones en las dependencias del colegio de la misma orden. Tras diez años de trabajo, Vázquez de la Torre reconoce que el balance es "muy positivo" y que entre sus objetivos se encuentran ahora el de "consolidar los proyectos que se realizan".

Tres son las grandes áreas de intervención de la Fundación Proyecto Don Bosco. Una de ellas se centra en la atención residencial, en la que se incluye el trabajo en las casas de acogida. La fundación ya cuenta con tres en Córdoba, con un total de 22 plazas.

El segundo pilar de actuación es de corte educativo y, dentro de este ámbito, los proyectos casi que se multiplican, ya que hay una gran variedad. Así, Vázquez de la Torre destaca un proyecto que se centra e la prevención del absentismo escolar y que se desarrolla en los municipios de Pozoblanco y Palma del Río. La capital también cuenta con este programa; en concreto, el que se lleva a cabo en el Polígono Guadalquivir.

La mediación intercultural es otro de los ámbitos de actuación de este segundo pilar, un programa que para su desarrollo cuenta con la financiación de la Junta. "Se trata de ayudar a los chicos inmigrantes con problemas", apunta Vázquez de la Torre. Apoyar a los jóvenes que no concluyen la etapa de Educación Secundaria Obligatoria a que "sean capaces de saber que sirven para hacer cosas" es el reto de las aulas de compensatoria, a las que acuden chavales de entre 14 y 16 años. Se trata de una formación que se dedica a talleres formativos y que van desde el sector de la joyería y la soldadura hasta la carpintería y electricidad. Gracias a esta formación, "conseguimos que el 70 o el 80% de los alumnos acaben en itinerarios formativos", apunta el responsable, que reconoce que muchos de los jóvenes que llegan a estas aulas llevan incluso "dos años expulsados" de su centro educativo.

El programa denominado Segunda Oportunidad también forma parte del pilar educativo. Se trata de un proyecto que trabaja con alumnos expulsados de sus centros por su comportamiento, con los que se trabaja en habilidades laborales. Se trata "de un complemento a su formación", describe.

La labor de esta fundación también se extiende a la población inmigrante gracias al proyecto Integra-t, que se centra en los menores tutelados por la Administración autonómica. Esta iniciativa "evita a que estos niños, que no tienen arraigo, estén en la calle por la tarde", apunta. Pero además de ofrecerles actividades, la Fundación Proyecto Don Bosco también les enseña cosas cotidianas o competencias básicas del día a día como por ejemplo pedir cita en el médico o clases de apoyo de español. Es más, esta iniciativa ha servido para la regularización de un joven inmigrante marroquí.

El empleo es tercer pilar de la actividad de esta fundación. Buena prueba de ello es la escuela taller, que concluirá el próximo 6 de febrero, y que se ha encargado de la reforma de un centro de día del Sector Sur y que desde el año pasado ha empleado a 24 jóvenes de entre 16 y 25 años. El seguimiento a personas que se encuentran en riesgo de exclusión social durante seis meses es el objetivo del programa de acompañamiento que también desarrolla este colectivo, al que se añade el programa Incorpora, financiado por La Caixa y que permite la inserción laboral de colectivos en riesgo de exclusión social. En último lugar se encuentra el proyecto Experiencias profesionales, con el que la fundación trata de "dar una oportunidad para que los jóvenes realicen prácticas becadas en empresas", indica Vázquez de la Torre. En este proyecto la colaboración de las empresas es vital y, hasta la fecha, la fundación cuenta con el apoyo de firmas como Carrefour, Baldomero Moreno o el hotel Alfaros. Gracias a este programa, 24 jóvenes han conseguido empleo en el último año.

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