Hay ya niños que ni siquiera tienen diez años y son capaces de programar un robot o idear su funcionamiento. Un desafío para muchos adultos o para quien la tecnología y sus entresijos constituye todo un enigma. Es lo que tiene el desarrollo de la ciencia, las nuevas generaciones y las ganas de aprender nuevos conocimientos. Y si todos estos factores se unen, se saben combinar y convertir en realidad su imaginación, pueden llegar a ganar el torneo First Lego League, una iniciativa que ayer se celebró en el Palacio de la Merced -sede de la Diputación- y que reunió a 23 equipos, 21 de Córdoba y los dos restantes de la provincia de Jaén.

En este torneo, los participantes tuvieron que defender diferentes proyectos científicos, que aportasen una solución innovadora a un problema real relacionado con el tema propuesto en el desafío First Lego League; este año el Waste Wise, centrado en la recogida de basura, su clasificación y reutilización inteligente. Es lo que hicieron los alumnos del instituto Averroes, que presentaron un proyecto centrado en la recogida de basura por parte de Sadeco "más eficaz", según explicó Judith Física, una de sus integrantes. La iniciativa se basa en la ubicación de un sensor de presión en los contenedores y un programa para que cuando el contenedor alcance un peso determinado, el sensor emita una señal a Sadeco y esta empresa municipal envíe un camión para su recogida.

Este tipo de torneos sirven para que los alumnos "apliquen lo aprendido en clase de tecnología", anotó Vicente Galadí, profesor del instituto de Blas Infante, centro que ha participado tres veces en la competición. Sus alumnos, en este caso, presentaron una aplicación para la recogida y reutilización de muebles viejos.

El primer premio fue para los alumnos de Fernando II el Santo, de Priego de Córdoba, mientras que el segundo previó correspondió el proyecto del instituto Averroes. La gran final del torneo en España que se celebrará el 12 y 13 de marzo en Girona.