Córdoba

Todos los problemas tienen solución

  • El Teléfono de la Esperanza ha recibido alrededor de 2.500 llamadas telefónicas en sus diez meses de funcionamiento Hoy se celebra el Día Mundial de la Prevención del Suicidio

No hay problema que no tenga solución. Esta máxima es el germen del Centro Teléfono de la Esperanza, un servicio que desde hace diez meses funciona en Córdoba con el propósito de ayudar a personas con trastornos psicológicos o que entienden el suicidio como una salida para evitar sufrimiento. El centro ofrece sus servicios ininterrumpidamente y de un modo gratuito; además, ofrece dos líneas telefónicas, una local y otra nacional, que deriva la llamada a cualquier operador del servicio libre para que el afectado no tenga que esperar para ser atendido. En Córdoba el centro ha recibo, desde que comenzase su actividad, un total de 2.500 llamadas telefónicas. El Teléfono de la Esperanza echó a andar en la provincia el 23 de noviembre del pasado año y desde entonces el centro ha realizado también casi un centenar de entrevistas terapéuticas con profesionales psicólogos voluntarios y casi una treintena de personas han participado en diferentes cursos y talleres dedicados a la prevención de la salud emocional, así como diferentes grupos de desarrollo personal. La mayoría de estas actividades tienen lugar en la sede provincial de dicha entidad, situada en la céntrica calle Concepción.

La delegada del Teléfono de la Esperanza en Córdoba, María del Carmen Gallego, explicó ayer, con motivo del Día Mundial de la Prevención del Suicidio que tiene lugar hoy, el objetivo principal de la entidad. Este no es otro, según apuntó Gallego, que "contener las crisis agudas de aquellos que lo requieren y, en caso necesario, derivarlos a los centros oportunos para que reciban el seguimiento adecuado". Con ello la organización trata de reducir la cifra de suicidios en todo el ámbito nacional, que se elevó hasta los 3.539 en el año 2012, consolidándose como la primera causa de muerte no natural en España.

La entidad, como aseguró ayer uno de sus psicólogos voluntarios, Manuel García, está compuesto en más de un 90% por personas que colaboran de un modo altruista. Los voluntarios, algunos profesionales, reciben la orientación y educación oportuna para atender adecuadamente todas las llamadas. En muchos casos, tal y como afirmó Gallego, "son aquellas personas que han recibido ayuda del servicio las que posteriormente se prestan a colaborar en su funcionamiento. Hay una frase que ya me han pronunciado muchas de las personas que han llamado alguna vez: el teléfono me ha cambiado la vida y quiero devolver la ayuda", añadió Gallego. A pesar de que numerosas personas ya colaboran con este centro, la coordinadora explicó que "por el corto periodo de tiempo que lleva funcionando en Córdoba, necesitan ampliar su "entramado de voluntarios".

La soledad es la más habitual de las causas de crisis personales, que también se ven acuciadas por problemas familiares o el diagnóstico inesperado de enfermedades graves y agudizadas por deficiencias económicas. Las personas que plantean el suicidio como una solución a los problemas que le atañen suelen ser, como apuntó García, "de pensamiento depresivo o negativo y poco comunicativos". Para ello, el Teléfono de la Esperanza presta la atención requerida por el afectado y le expone las diversas soluciones que puede encontrar al problema que le incumbe, cuyo resultado es, de un modo abismal, mejor que el de acabar con su vida. La factura de las llamadas que recibe el centro no siempre responde al suicidio, sino que también son habituales aquellas en que el afectado expone sus problemas psicológicos o psiquiátricos para recibir la orientación oportuna.

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