Un pregón a la altura del barrio. Luisa Jimena supo condensar la realidad que vive hoy en día el barrio de la Fuensanta con la festividad de su Virgen. La pregonera, vecina del distrito, bebió de sus vivencias personales para construir un discurso que viajó desde su infancia hasta el día de hoy, pasando por su juventud y en el que quiso agradecer su elección. Según comentó Jimena a el Día, "no me lo esperaba, ni soy novelista, ni importante, pero llevo participando en actividades en el barrio desde hace 40 años", quizá haya sido ésta una de las razones por la cual el Consejo de Distrito Sureste haya decidido que sea Jimena quien dé el pistoletazo de salida a la Velá de la Fuensanta, que comenzó ayer y que finalizará el próximo lunes.

Jimena, miembro de asociaciones vecinales desde hace varios años, no dejó pasar la oportunidad de incluir en el pregón de inauguración de la tradicional feria el tono reivindicativo que hace falta hoy en día. Tal y como explicó, "era esencial plasmar el momento malo por el que están pasando las familias del barrio".

El hilo conductor de las palabras de la pregonera se basó en el agua, la cual usó para unir las dos ferias de la ciudad, la presente Velá y la feria de la Salud, a las cuales relacionó con los pasados árabes y romanos, además de plasmar sus fieles creencias.

Esta vecina de la Fuensanta ha participado en las asociaciones de padres de los colegios e institutos por los que han pasado sus hijos, ha pertenecido al consejo del centro cívico del barrio y desde hace 30 años, está integrada en la asociación Santuario. Además, ha tenido siempre un vínculo especial con la Velá. "Desde muy pequeña que venía con mis padres he estado involucrada, en la barra de la asociación, poniendo bebidas, en la huevá o en el reparto de higos", declaró.

Respecto a los cambios que ha ido observando en la Velá desde que era una niña, Gimena comentó que se notó mucho la llegada de la democracia, "con ella llegó la participación algo que ha crecido y nos ha permitido involucrarnos, ya que sería imposible que el Ayuntamiento se hiciera cargo de todo".

Tras el pregón de Luisa Jimena dio comienzo esta feria chica que desde las 20:00 ya había puesto en marcha las atracciones infantiles. Justo después de las palabras de la pregonera, Manuel Sánchez Arroyo, vecino del distrito, recibió el galardón Patrimonio Humano del Distrito Sureste, por su dedicación durante toda su vida a la comunidad. También se inauguró la Isla del Pocito, un espacio en el que durante los días que dure la celebración acogerá distintas actividades -para niños y mayores- en las que se fomentará la participación ciudadana. El broche final a la noche lo pusieron el coro Amigos de San José Obrero y la coplera María Carmona.