DESPUÉS de doce meses de espera, la Feria de Nuestra Señora de la Salud ya está aquí. El encendido del alumbrado y los fuegos artificiales -con su traca correspondiente- dieron paso a ocho días de fiesta de los que muy pocos podrán ni querrán librarse. La Feria es el broche que pone fin al mes de Mayo y, aunque los bolsillos ya estén bastante resentidos por las Cruces y los Patios y las correspondientes celebraciones, hay que hacer un último esfuerzo para disfrutar de una de las citas más importantes del calendario festivo de la ciudad.

La portada de la Feria, con una longitud de 90 metros cuadrados y 70.000 lámparas, fue un año más el punto de encuentro para que el alcalde, José Antonio Nieto, apretara el botón que inundó de color el recinto. Hubo, eso sí, cierta intriga, ya que una parte de la portada tardó varios segundos más en encenderse, al igual que las luces interiores de las calles del ferial. Al final todo quedó en anécdota y El Arenal brilló como merecía. La nota realista y no festiva la pusieron sendas protestas del 15-M y de los trabajadores de Acsur, cuyas reclamaciones dejaron bien presente que esta Feria se produce en medio de una profunda crisis económica.

Los jóvenes, por su parte, aprovecharon las horas previas al arranque de la Feria para ultimar los preparativos para el conocido 'botellón' o, según el Consistorio, para la "concentración de jóvenes" en el Balcón del Guadalquivir. Durante los días previos, el Ayuntamiento mostró en varias ocasiones su intención de evitar por todos los medios que los jóvenes se reunieran en este espacio para consumir alcohol antes de acceder al recinto, pero, finalmente, se ha habilitado una zona vallada para tal fin. No obstante, la delegada de Fiestas y Tradiciones Populares, Amelia Caracuel, aseguró que se evitará por todos los medios que se produzcan concentraciones dentro de El Arenal, una práctica, que según señaló, ya no se produjo el año pasado, coincidiendo con la primera Feria del equipo de gobierno del Partido Popular y que estuvo envuelta en una polémica por la reducción de días de fiesta, una medida que este año no se ha llevado a cabo.

Esta edición de la Feria ha estado marcada una vez más por el contexto económico. El Ayuntamiento ha hecho un esfuerzo para mantener el presupuesto (152.000 euros), mientras que muchos caseteros, a pesar de la bajada de recintos, han congelado o reducido los precios tanto de las bebidas como de la comida. Estos ocho días son una oportunidad "única" para lograr que sean miles los cordobeses, así como visitantes de fuera, los que se animen a pasar unas horas en El Arenal para olvidarse, al ritmo de las sevillanas y con una jarra de rebujito en la mano, de todo lo malo. Con este esfuerzo adicional, los montadores esperan que, además de la generación de puestos de trabajo, repercuta en mayores beneficios, que pueden ayudar a muchas familias a tirar para adelante el resto del año.

Lejos de las preocupaciones económicas, los más pequeños de la casa no se resistieron ayer a dar un paseo por la llamada calle del Infierno. Allí disfrutaron de las atracciones más conocidas, de la tómbola o saciaron la gula con un gofre o con una patata asada. En esta ocasión muchos niños y mayores además se animaron a subirse a la noria Berral, que ha bajado los precios un 60% con respecto a 2012. Un viaje cuesta este año 1,5 euros. Además, facilitan el acceso gratuito a desempleados durante algunas horas de la jornada y siempre que acrediten su condición de parado.

El tiempo también permitió ayer que la Feria arrancase a lo grande. Las nubes negras que se dejaron ver a lo largo de la tarde finalmente desaparecieron a medianoche para que El Arenal brillase con fuerza. En cuanto a las temperaturas, a pesar de ser más frescas que otros años, tampoco impidieron que fueran miles las personas que salieron de su casa para inaugurar la Feria. Para los próximos días, según informa la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en su página web, la posibilidad de precipitaciones es mínima. Para hoy y para mañana está previsto tiempo soleado y una temperatura máxima que puede llegar a alcanzar los 28 grados. Desde el lunes hasta el jueves tampoco se esperan grandes cambios, a excepción de nubes el lunes, y los mercurios registrarán una media de 27 grados de máxima.

La seguridad de El Arenal correrá a cargo durante los próximos ocho días de 600 agentes de la Policía Nacional, en turnos de 50 agentes -por la noche 30 agentes uniformados y hasta cerca de 20 de paisano-. La Policía Local tendrá una media de 280 a 300 efectivos diarios. A ello se une el refuerzo de agentes de Sevilla, concretamente de la Unidad de Intervención Policial, unos 30 que estarán toda la feria, y de Caballería, unos 15. Además de velar por la seguridad de los asistentes, entre los objetivos se tratará de "evitar cualquier tipo de actividad sin licencia", "controlar el asentamiento de ilegales en torno al recinto", o "impedir el botellón" tanto en la portada de feria, como en el interior del recinto. Está previsto que los días más fuertes pasen por la Feria en torno a unas 300.000 personas.

El Subsector de Tráfico de la Guardia Civil, para evitar riesgos de accidentes en la Autovía A-4, por la iluminación de la feria, colocará señales para reducir la velocidad a 80 kilómetros por hora y los tres carriles se quedan en dos, al tiempo que se harán controles de alcoholemia preventivos.