El antiguo Hospital del Cardenal Salazar, actualmente Facultad de Filosofía y Letras, fue fundado en 1704 por Pedro de Salazar para servir de colegio a los niños del coro, pero a petición de la ciudad se decidió convertirlo en hospital. Ya en 1970 fue sometido a grandes reformas para su transformación en la facultad que hoy es, aunque conserva las partes fundamentales de la construcción inicial.

Una de ellas es su antigua farmacia, que desde hace cuatro décadas ha sido utilizada como espacio destinado en exclusiva a fines académicos dejando de lado el objetivo por el que fue construida. Pero, desde ayer esta antigua apoteca volvió a resurgir gracias a un convenio firmado por la Universidad de Córdoba (UCO) y el Colegio Oficial de Farmacéuticos para recuperar dicho espacio histórico y dotarlo del material necesario para el disfrute de los ciudadanos. De este modo, desde ahora esta dependencia del conocido como Hospital de Agudos se ha convertido en la Botica Histórica de Referencia de la Provincia de Córdoba y además se ha incorporado a la visita turística a la Capilla de San Bartolomé y de sus galerías expositivas.

La presentación de este nuevo proyecto tuvo lugar ayer en el aula magna de la Facultad de Filosofía y letras donde acudieron una gran representación del sector farmacéutico de la provincia. La profesora del Departamento de Historia del Arte en la Facultad de Filosofía y Letras, María Ángeles Jordano, explicó que la botica, situada en un ángulo del Patio de Arte, era el lugar en el que se realizaban las fórmulas magistrales para atender a los pacientes del Hospital del Cardenal Salazar en pleno siglo XVIII.

Para la rehabilitación de la botica se han colocado en los anaqueles casi 400 albareros con la identificación de los farmacéuticos titulares de las oficinas de farmacia distribuidas por Córdoba. Junto a ellos se han colocado una serie de orzas en recuerdo de los diferentes presidentes del Colegio Oficial de Farmacéuticos. Todos los recipientes, según explicó uno de los vocales del órgano colegial cordobés Julio César Fernández, los modelos elegidos, el color y el motivo que en ellos aparece han sido seleccionados "escrupulosamente" para mantener la consonancia con la época original en la que se encontraba operativa esta botica.

Los albareros con forma de "cacahuete" tiene una zona central más estrecha para facilitar su agarre y sin tapadera de cerámica, las orzas y los tibores son los botes de farmacia más representativos del siglo XVIII. En todos ellos está impreso el escudo del Cardenal Salazar junto a una cartela. Los visitantes también pueden a partir de ahora tener contacto en este espacio único con el instrumental y algunos útiles par ala manipulación de las distintas sustancias par ala elaboración de fórmulas magistrales, donados por los propios farmacéuticos.