Los ensayos de los costaleros no son nada fáciles. No sólo por el esfuerzo que deben desarrollar quienes van bajo las trabajaderas y que crece sesión a sesión sino por el encaje que hay que hacer de los mismos en la vida de la ciudad. Por esta razón, cuando llega el tercer trimestre del año, las cofradías deben remitir a la Agrupación de Hermandades un pormenorizado desarrollo de cómo se van a llevar a cabo los ensayos. Ahí se explican tanto los días en que se van a celebrar como el itinerario que se seguirá, para evitar cualquier incidencia en el tráfico rodado o que ésta sea la menor posible.

Cuando en la Agrupación de Hermandades está toda la información se remite en bloque al Área de Movilidad, que es quien debe autorizar el ensayo de los costaleros. Esto se hace así desde hace bastantes años y hasta ahora no ha surgido ningún contratiempo.

Pero este año, cuando se recibió la autorización desde la Policía Local se comprobó que se daba luz verde a todas las cofradías menos a dos, el Sepulcro y la Sangre. ¿Cuál es el problema? Pues que desde el Área de Movilidad se informaba de que los técnicos de turismo habían señalado que los ensayos en horario diurno por las calles del centro de la ciudad afeaban la imagen que se daba de Córdoba a los visitantes de otros puntos del planeta que vieran esto y no supieran interpretarlo con exactitud.

En el caso de las cofradías del Sepulcro y de la Sangre los ensayos solicitados afectaban a las calles del entorno de la plaza de la Compañía y de Capuchinos, respectivamente, dos zonas muy visitadas por los foráneos.

El resto de las hermandades realizan sus ensayos o en barrios distantes del Centro o en días y horas, fundamentalmente los viernes por la noche, en los que la presencia de turistas en las calles de Córdoba es más bien escasa, por no decir nula.

Enterado del caso el concejal de Fiestas y Medio Ambiente, Rafael Jaén, se comprometió a buscarle una solución para que estas dos hermandades pudieran desarrollar el ensayo de sus cuadrillas en los momentos solicitados. El problema se resolvió con un cambio de criterio al entender que el ensayo de un paso de Semana Santa también puede ser un atractivo para la ciudad.